SANTIAGO.- El presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, consideró ayer que la República Dominicana vive un estado de desorden social al que, según afirmó, hay que ponerle coto por la inseguridad y el deterioro que envuelve a la sociedad.

El arzobispo de Santiago cuestionó a los sectores que asocian los delitos y la violencia con la civilización, al crecimiento del país y al elevado índice de pobreza.

«Esto no es de civilización, sino una barbarie que nos mantiene espantados y aunque la pobreza puede influir ciertamente, hay muchos países pobres donde no se da esta situación y nosotros hemos vivido situaciones de mucha pobreza, pero no hemos caído nunca en la delincuencia, ni en este tipo de robos ni de asaltos», explicó el prelado.

Afirmó que esto es parte  de un desorden social que hay que ponerle atención y en el que también las autoridades tienen responsabilidad.

«Ciertamente que se debe trabajar y debemos trabajar en este sentido» expuso el arzobispo al responder una pregunta de los periodistas.

De la Rosa y Carpio fue entrevistado en la sede del ayuntamiento durante una ceremonia para la presentación de dos proyectos, uno comunitario y otro de energía alternativa que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prometió ayudar en su financiamiento.

En este encuentro el síndico José Enrique Sued ponderó la participación de Mark Kendrick, agregado político de la embajada de Estados Unidos, Cristina Amiama, de la embajada de Canadá, Guisseppe Zanón, de la embajada de Italia, Imai Yasushi de la misión diplomática de Japón, Jean Francois Bazin de la embajada de Francia y el representante del BID, Trinidad Zamora.

Al abundar sobre el tema, de la Rosa y Carpio dijo que no cree que este desplome social se deba solamente al deterioro económico, se debe también a que “es necesario que la sociedad, con ella evidentemente, los que nos dirigen, tomen carta en el asunto de manera seria».