Miércoles. Te detienes a pensar. ¿De qué hablarás hoy? ¿De la muerte de Eduardo Checo, quien fue asesinado en la avenida Lincoln por un joven de 22 años que se encontraba muy divertido hacer una carrera ilegal? ¿De Mamá Chea que podría morir porque le faltan RD$59 mil para una cirugía? ¿Del dinero que se tira en la Feria del Libro para el deleite de los egos de los funcionarios que aman dilapidar nuestro dinero?

Pregunta a pregunta el corazón se te encoje. Te das cuenta de que vives en un lugar en el que pasan cosas inauditas. Porque, ¿en qué país se permite, impunemente, que una avenida principal sea tomada como pista de carreras, puticlub y todo lo que se le ocurra a sus habitués? No han valido las denuncias al respecto: desde la música hasta las carreras, los vecinos están hartos de todo eso.

Una prueba de ese abuso es la muerte de Eduardo, cuyo único pecado fue doblar en la Lincoln cuando iba para su casa a la una y pico de la madrugada del jueves santo. Hasta ahí llegó su vida: ¡con apenas 37 años!

El caso de Mamá Chea también duele. Y es que, mientras ella no encuentra el dinero que necesita para vivir, el Ministerio de Educación gasta RD$18 millones en una estructura que tirará a la basura cuando termine la Feria. Con ese dinero ella se pudo operar 305 veces. ¿Se imaginan cuántas vidas, como la de ella, se salvarían con el dinero que todas las instituciones del Estado derrochan en la Feria? ¿Cuál es la necesidad de esa ostentosa participación oficial? ¿Por qué, si estamos en austeridad, no se controla ese gasto? Alguien que nos responda.