De las Navidades del 50 a las fiestas de 2022

De las Navidades del 50 a las fiestas de 2022

Fabio Herrera Miniño.

Las actividades de fin de año se han ido transformando con el avance del siglo XXI y nuevas modas van enseñando las generaciones del momento en que todo se ha transformado para dejar un ambiente secular y apartado de todas las creencias que le daban vida y tradiciones a las otras épocas.

Queda a un lado la alegría para celebrar el nacimiento de Jesús que ahora es apartado para quedar relegado a los templos donde cientos de mujeres y hombres de avanzada edad viven de aquellos recuerdos que estaban muy latentes en los corazones y se esperaban estas fechas para rendirle amor al recién nacido Hijo de Dios.

Las pascuas, después de finalizada la II Guerra Mundial, comenzaron a adquirir un tono más moderno y adaptado al avance del siglo XX, pero lo tradicional de la festividad se conservaba en todo su rigor en cuanto a las cenas y al uso de fuegos artificiales que eran la diversión de los niños.

La gastronomía criolla se combinaba en un aparejado menú en donde las habilidades de las amas de casa ponían todos sus empeños en agradar a los familiares y amigos que disfrutaban de un manjar en donde sobresalía el puerco asado, el pollo y los pavos junto con las arroces y ensaladas que las doñas preparaban con esmero y mucho amor para agradar a sus familiares y amigos muy cercanos.

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Nuestras Navidades de los 50 eran muy animadas en los límites que imponía el régimen gobernante que tenía un tremendo control sobre los dos millones de habitantes del país y un ojo sobre la población haitiana que ´poco a poco iba emigrando hacia el este de la isla para asegurar un sitio donde podía comer.

Las navidades en la dictadura se celebraban con el conocimiento de que éramos vigilados y el control sobre el país se mantenía con más discreción pero no menos control de quienes con la bebida pudieran manifestar sus verdaderos sentimientos en especial en el Cibao que era la cuna de quienes les disgustaba el régimen de terror existente en la parte oriental de la isla.

La población crecía en la década del 50 y las costumbres parecían paralizadas en el tiempo conservando sus valores sentimentales pese a que el país tenia pujos de modernidad y llegaban ramalazos con un pequeño éxodo que se abría paso en los Estados Unidos.

Las tradiciones navideñas culminaban esa romántica e inolvidable con el baile de fin de año que juntaba a los grupos que sin ser ricos tan solo un poco mas pudientes de otros sectores de las poblaciones que acudían con sus galas a bailar en los centros sociales donde se daban cita para celebrar la llegada del nuevo año.

Allí se mezclaban los más viejos representantes de la sociedad urbana y ya se avistaba una juventud que emergía vigorosa en un ambiente de opresión y coartador de las libertades.

Ya esos tiempos pasaron a un rincón en la mente de las generaciones que en los 50 eran recuerdos invaluables que nos permite ver de como ha evolucionado las sociedades hoy en día en donde ya no existe el compañerismo y la amistad que las familias disfrutaban. Ahora es una sociedad rota por la prisa de apabullar a los demás.