De laudatio académica y presidentes de la ACRD

De laudatio académica y presidentes de la ACRD

El pasado miércoles 18 de febrero fue presentado el segundo volumen de la serie Biografías dedicado a rescatar y enaltecer los valores y aportaciones de los 19 miembros Laudatio Académica y seis Presidentes del Academia de Ciencias de la República Dominicana. Esta obra, encomendada a la Dra. Yrene Pérez Guerra, quien me dispensó el alto honor de prologarla, tiene la impronta del carácter y recia personalidad de su sólida formación académica que aprisiona la pasión científica en búsqueda de la verdad que aguijonean el espíritu investigativo y se manifiesta en el resultado de la labor realizada, hurgando, explorando, comparando, cuestionándose y descubriendo hechos importantes hasta entonces ignorados, causantes de curiosidad y entusiasmo ante el descubrimiento que brota como agua cristalina de un manantial inagotable que la pereza o la soberbia humana desdeña.

Lo auténtico, lo verdadero, los méritos y las excelsitudes de cada biografiado, en el discurrir de una vida plena de satisfacciones, pero también de afanes, sacrificios y frustraciones que marcaron un referente para el avance de la ciencia, la investigación, la tecnología, la innovación y la cultura, vistos bajo el riguroso caleidoscopio, multiforme y multicolor, del método científico, aplicado sin grietas, es lo que nos ofrece esta acuciosa y rica investigación de la académica Dra. Pérez Guerra. Ese trabajo de rescate y actualización de la memoria histórica de la Academia resaltando, con singular acierto, el arduo y titánico esfuerzo de los Presidentes de la Academia, con sus altas y sus bajas, y muy especialmente de los Laudatio Académica, máximo galardón a que pueda aspirar todo miembro de nuestra Academia merecedor tras su afanoso y encomiable labor docente y profesional, sus trascendentes aportaciones en diversos campo del saber y de la ciencia cultivadas a lo largo de una carrera luminosa consagrada al servicio de la verdad científica, de la nación y de sus congéneres. Paradigmas de la moral y la ética profesional, del patriotismo sin lunares. Maestros de la docencia y de la decencia, guías espirituales que blasonan nuestra institución y dan realce y prestigio a la nación entera.

Lamentablemente, a lo largo de nuestra historia, este esfuerzo laudatorio de superación y entrega ha sido desconocido, marginado, menospreciado por el Estado que le debe protección y el grueso de la clase empresarial, incapaces de comprender y asimilar la enorme importancia y significación de este supremo esfuerzo y sacrificio: humanitario, altruista, benéfico, cónsono con el bienestar de los pueblos y la paz del mundo, cruelmente amenazado por las grandes potencias que controlan un mundo globalizado y fraccionado, polarizado y complejo, aguijoneados por el neoliberalismo egoísta y deshumanizado que acrecienta el poder y la riqueza en unos pocos y la situación de pobreza, ignorancia y marginación de la inmensa mayoría que aspira el encuentro, la alianza milagrosa y bienhechora de una política afín y solidaria con la ciencia como fórmula salvadora de la condición humana.

Felicitaciones a la Academia de Ciencias que honra su lema, por la verdad científica y libertad de pensamiento, y a la Dra. Pérez Guerra, destacada lingüista, que nos brinda una obra ilustrativa que no deja de ser apasionante.

 

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