El ingeniero Osiris de León  consideró que ya no es viable la construcción de una presa sobre el río Haina para el abastecimiento de agua potable para el acueducto de Santo Domingo, porque el río Haina hoy es una cloaca urbana que recoge las aguas residuales de Villa Altagracia.

Recordó que cuando ese proyecto fue planteado en  los años 80 era viable porque en ese entonces el río Haina no tenía el alto nivel de contaminación fecal de hoy  fruto de la ausencia de un alcantarillado sanitario en  Villa Altagracia. Expresó que   no se debe construir una costosa presa para almacenar aguas altamente contaminadas.

Afirmó que ya de por sí  se consume  agua con  coliformes fecales porque gran parte del agua que se ingiere  en  Santo Domingo proviene de pozos  contaminados.

Dijo que la opción más viable, más rápida y menos costosa es la construcción de una tubería desde la presa de Hatillo hasta Santo Domingo, a través de la cual se pueda  traer ocho  metros cúbicos por segundo, equivalentes a 182 millones de galones de agua por día, lo cual incrementaría en un 50% el  actual suministro

Señaló que una segunda opción es instalar  captaciones subterráneas  en Los Haitises,  donde está  la mayor reserva de agua subterránea no contaminada con que cuenta el país con mil millones de metros cúbicos al año.

Freddy Pérez, director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CASD),  dijo  que la construcción  de una presa sobre el río Haina,  cubriría el déficit  en  Santo Domingo, pero De León cree que los 400 millones de galones de agua que diariamente se reciben debían ser más que suficientes si el 55% de esa agua no se desperdiciara en las tuberías y en los hogares.

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Según  la CAASD, la demanda de agua del Gran Santo Domingo es de 25 metros cúbicos por segundo, equivalentes a 570 millones de galones diarios de agua. De León dice que para los tres  millones de habitantes de esta región  un suministro de agua de 200 millones de galones diarios sería suficiente, si no hubiese desperdicio de agua, por lo que se impone un urgente programa de corrección de fugas  y uno de  educación de la población para que la gente corrija las fugas en los hogares.