Para referirse a la superficie visible del planeta, los geólogos emplean la expresión “corteza terrestre”. Es un término técnico al cual podemos quitarle o añadirle precisiones para fines periodísticos, didácticos o de diversión. Por efecto de la multiplicación de la especie llamada “homo sapiens”, la corteza terrestre está recubierta por una “carcasa social”, dominada por prejuicios, intereses, egoísmos. Además de las montañas, mares, ríos y planicies, que aparecen en los mapas de los geógrafos, existe otra “costra” hecha de calles, casas, edificios, reglamentos y disposiciones, que son todas las ciudades levantadas en el mundo, desde Jericó y Babilonia, hasta Nueva York y Sao Paulo.
Quienes vivimos sobre la “corteza terrestre” tenemos que sufrir el sistema de prohibiciones que nos impone la “carcasa social”. En el Monasterio de El Escorial se conservan los libros puestos en el Índice por la Iglesia católica. Felipe II, defensor de la cristiandad en los tiempos de la contrarreforma, tenía la autoridad -y el permiso de los papas- para guardar esos libros, conservarlos y estudiarlos. La prohibición los hacía más apetecibles para los intelectuales. El Escorial es, al mismo tiempo, palacio real, basílica, pinacoteca, panteón de la familia real española y biblioteca. En esa biblioteca los libros se colocan en las estanterías con el lomo hacia atrás.
Las particularidades del clima de la región obliga a preservar los libros de ese modo. Allí se protegen antiguos manuscritos griegos, árabes y hebreos. Las prohibiciones de la Iglesia no son las únicas dignas de mención. Los gobiernos, antiguos, medievales y modernos, han establecido prohibiciones ideológicas generales, censuras para ciertos poetas y escritores, considerados peligrosos por sostener ideas “contrarias al régimen social vigente”. Censura hubo en España en tiempos del generalísimo Francisco Franco, en la Era de Trujillo en la RD.
En los gobiernos totalitarios de Europa del Este se practicaron toda clases de prohibiciones. Los libros puestos en el “índice” por los comunistas, no aparecen en los registros de la biblioteca de El Escorial. Las historias escritas por el inca Garsilaso fueron calificadas como incitaciones a la subversión. Al inca Garsilaso se le tiene por el “primer mestizo biológico y espiritual de América”. En nuestros días, prohibiciones y censuras sigue habiendo, como siempre.