De lo mejor a lo peor

De lo mejor a lo peor

Claudio Acosta

Es un conocido lugar común, que a propósito de la tragedia en Jet Set habremos repetido sabrá Dios cuántas veces, decir que la muerte nos iguala porque no respeta rangos, fortunas, cargos públicos o jerarquías políticas, pero esa verdad tan grande, como descubrieron familiares de las personas fallecidas por el colapso del techo del centro de diversión, los vivos no acabamos de asimilarla. Tal vez eso explique las quejas recogidas por reporteros de este diario en el Instituto de Patología Forense, donde allegados a las víctimas denunciaron que la identificación y entrega de cuerpos estuvo marcada por un trato desigual porque hubo preferencias en la entrega. Según los denunciantes, los restos de las víctimas con mayor relevancia pública o con vínculos con personas influyentes o famosas habrían sido entregados primero. Desde luego, todo eso puede ser producto de la desesperación y las horas de angustia por las que tuvieron que pasar los que allí fueron a procurar el cadáver de un ser querido, pero en un país donde el amiguismo es una cultura que abre puertas y estar “pegao” con alguna autoridad lo facilita todo no debemos descartar que haya ocurrido como lo contaron esas personas.

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También es un conocido lugar común, que hemos vuelto a repetir cuchumil veces en estos días aciagos y tristes, decir que tragedias como la del Jet Set suelen sacar lo mejor de nosotros, lo que confirma la entrega y el heroísmo de los socorristas que trabajaron de sol a sol para rescatar sobrevivientes y recuperar cadáveres, sin dejar de mencionar la solidaridad de los que fueron corriendo a donar su sangre para atender a los heridos. Pero en algunos canallas sacó lo peor, como aquellos que en los primeros momentos del derrumbe fingieron ir en auxilio de las víctimas para robarles sus pertenencias, o los agentes de la Policía Nacional, la primera en llegar al lugar de la tragedia, a los que testigos afirman haber visto salir de la montaña de escombros y polvo con cadenas en las manos.