De lo político y lo constitucional

De lo político y lo constitucional

El país necesita establecer pautas que regulen la existencia y accionar de los partidos políticos. En eso hay consenso, amén de que cada organización quiera poner las cosas en el contexto que más favorezca sus intereses. Otra necesidad es reformar y actualizar la Constitución de la República, para que sea un marco institucional en fase con los tiempos. Pero nada obliga a establecer una cronología para definir el orden de aprobación de una cosa y otra. Los contextos de las funciones  de la  Constitución   y las  leyes adjetivas son distintos, aunque necesariamente deben ser armoniosos.

De ahí que la pugna entre el PLD y el PRD, basada en el orden cronológico en que deberían aprobarse la Constitución y la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, tiene un trasfondo de conveniencia política que no necesariamente corresponde a  lo institucional. La impresión que deja esta pugna es que ambas organizaciones están manejando como letra de cambio un asunto de carácter legislativo, en base a sus intereses particulares y no en función de la necesidad que tiene el país de contar con una ley de partidos que contiene avances realmente importantes para garantizar la  democracia interna, diafanizar la elección de candidatos,  reglamentar las campañas electorales y garantizar la transparencia del financiamiento y el gasto. Conviene que lo institucional prevalezca sobre las conveniencias grupales.

 

La costosa guerra contra las drogas

La aprobación por el Gobierno de Estados Unidos de una ayuda de US$30 millones para apoyar la lucha antinarcóticos en la República Dominicana  es lo menos que podía esperarse de un país que frecuentemente “certifica” y “descertifica” a sus vecinos en base a una calibración muy particular de los esfuerzos contra este flagelo. La lucha contra el negocio de las drogas y crímenes asociados es costosa y difícil, y más para países como el nuestro, tan apetecidos por el narcotráfico.

Las autoridades locales han dado bastantes muestras de su empeño por ganar esta guerra. El narcotráfico, que nos utilizaba como puente internacional, ahora, por medio del pago en especie de los “servicios”, ha ido creando un mercado local que hace más difícil la lucha. Se requiere personal entrenado y equipos para mantener una  persecución tenaz y permanente contra quienes explotan este negocio. La ayuda de Washington nos vendrá bien.

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