De los estímulos fiscales a la crisis de la deuda

De los estímulos fiscales a la crisis de la deuda

La crisis financiera mundial, iniciada con el estallido de la burbuja subprime, condujo a una recesión prácticamente global y ante los temores de una depresión la receta recomendada por organismos multilaterales, economistas y aceptada por la mayoría de los países fue aplicar una política monetaria flexible y estímulos fiscales, pero esas políticas han provocado en algunos países un aumento del déficit presupuestario y la deuda pública y ahora se recomienda reducir estas variables en un escenario donde la economía mundial no se ha recuperado de la crisis.

Grecia representa el caso más crítico, especialmente porque antes de la crisis pudo ingresar a la Unión Europea violando los techos de la deuda y el déficit gracias al maquillaje de sus estadísticas, al cierre del 2009 la deuda rondaba el 113% del PIB y el déficit fiscal 12.7; España con un menor nivel de deuda, 55% del  PIB, pero con un déficit de 9.5% y otro tanto Portugal con un endeudamiento cercano al 75%; el Reino Unido en 71.5%, Francia y Alemania 79.6% e Italia superando todos los anteriores en 115%.

El asunto no se limita a la Unión Europea ya que EU exhibe un índice de deuda de 53.7%, Japón rompe los récords con 191% y, si nos trasladamos a esta región, Brasil presenta un nivel de endeudamiento de 41.6%, República Dominicana de 42.7 y nuestros socios de CA nos superan, Costa Rica con 51.6%, El Salvador 51.2%, Nicaragua 73.2% y presentan índices menores Honduras con 28.9 y Guatemala  30.6%.

Frente a estos índices las empresas clasificadoras  redujeron la calificación a varios países de la UE,  y aun cuando muchas han emprendido programas de austeridad, los mercados están disparando el coste de la deuda y este proceso podría conducir a poner en dudas la solvencia del sistema financiero, mayores caídas bursátiles de los valores bancarios, que los bancos teman prestarse entre si, como ocurrió tras la caída de Lehman Brothers, y  retorne la crisis financiera y la recesión, con la diferencia de que en la actualidad los gobiernos carecen de combustible para nuevos estímulos fiscales y la política monetaria es ineficaz, pues la mayoría de las naciones han llevado sus tipos de interés al punto que Keynes definió como la “trampa de liquidez”.

La economía dominicana, gracias a la política monetaria del 2009 y los estímulos fiscales derivados de los recursos externos  obtenidos con posterioridad al programa con el FMI, ha logrado una impresionante recuperación, elogiada por la reciente misión del FMI, y a pesar de esos estímulos los índices de deuda y el déficit del sector público consolidados son manejables (42.7% y 4.0% respectivamente). Por supuesto, al margen de los resultados anteriores si la economía global, como predicen algunos expertos, retorna a la recesión por efecto de la crisis de la deuda, seremos también impactados.

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