De los Panamericanos al Metro

De los Panamericanos al Metro

LUIS SCHEKER ORTIZ
Se decía al inicio del proyecto que los Panam costarían unos 572 millones de pesos. En opinión del ingeniero Diandino Peña miembro prominente del Comité Organizador y Secretario de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones el mismo tendría un costo de unos 750 millones de pesos, la suma subió progresivamente y de manera asombrosa a medida de que el mega proyecto avanzaba.

Un año y seis meses después de celebrarse los Juegos Panamericanos (Sto. Dgo. 2003) todavía no se conoce su costo oficial. Y nunca se sabrá. Se estima que sobrepasan los 8 mil millones de pesos. Pero lo que si se sabe fue lo que se le dijo al público a través de la prensa:

  • Que al Estado Dominicano los Panam no le costarían un solo centavo.
  • Que en término de rentabilidad, por cada centavo invertido se percibirían cinco centavos de beneficio;
  • Que el rescate de un solo drogadicto, justificaba el costo de las instalaciones;
  • Que las instalaciones deportivas serían aprovechadas al máximo y se les daría adecuado mantenimiento;
  • Que la Villa Deportiva se construiría al lado del COJPD;
  • Que el dinero sobraba para los Panamericanos; aunque (faltaba para obras prioritarias y servicios esenciales);
  • Que los Panamericanos serían «la obra cumbre» del gobierno constitucional del presidente Hipólito Mejía, y fue su sepultura junto con los fraudes bancarios y otras bellezas.

Los Panamericanos se celebraron contra viento y marea.

Se desoyeron todas las voces sensatas y expertas que cuestionaban su prioridad, en el marco de nuestras necesidades inmediatas, irremplazables y urgentes;

Se subieron los vidrios a todo aquel que denunciaba su elevadísimo costo, propio de países muy ricos, con economía estable.

Se rechazaron, sin oponer ninguna de contrapeso, todas las razones que recomendaban su posposición o abandono, porque el país no estaba preparado para similar o soportar tan enorme y fastuoso dispendio;

Se desestimaron las sugerencias que apuntaban hacia una priorización del dinero programado para este capítulo, que atendiera a las verdaderas necesidades de los atletas y al desarrollo del deporte nacional.

Los resultado están a la vista. No merecen ningún comentario, solo tristeza e impunidad y una carga enorme en la costilla del contribuyente.

De los panamericanos ya ni se habla.

¿Se repetirá con el Metro la misma historia?

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