Este proceso electoral se caracteriza, como ya he señalado en otras ocasiones, por las alianzas contra natura, esas que en otros tiempos los periodistas llamábamos cruce entre maco y cacata. ¿Quién iba a decir que el PRD de Peña Gómez se aliaría con el mismo PLD que, con la complicidad de Joaquín Balaguer y el PRSC, le cerró el camino del Palacio Nacional con el engendro aviesamente bautizado como Frente Patriótico? Desde luego, es mucho lo que se ha degradado la práctica política en la República Dominicana desde ese infame pacto para acá, y eso solo basta para justificar que tanto sanquipanqui ande por ahí saltando de un partido a otro sin ningún rubor ni verguenza provocando confusión y desconcierto entre los votantes, que no saben en qué partido estarán sus candidatos favoritos el día de las elecciones. Pero aunque no nos guste ni a usted ni a mi los políticos seguirán en lo suyo, buscándosela como toros, pues el Presupuesto Nacional es un botín demasiado atractivo para andarse con escrúpulos éticos pasados de moda en los materialistas tiempos que vivimos. Ayer, por ejemplo, nos enteramos de que el diputado y empresario del transporte Juan Hubieres, líder del Movimiento Rebelde, será el candidato a senador de la provincia Santo Domingo por el Frente Amplio, la misma candidatura a la que días antes dijo haber renunciado para no ser obstáculo en la alianza entre el PRM y el PRSC, en tanto la exgobernadora y exvicemistra de Turismo de Samaná, Elsa A. de León, renunció del PLD y, friendo y comiendo, se pasó de inmediato al PRM. Pero es mucho lo que todavía nos falta por ver de aquí al 15 de mayo, pues el desprecio a la democracia interna, las cínicas alianzas de conveniencia y el desvergonzado transfuguismo han convertido la conformación de las boletas de los principales partidos en un complicado rompecabezas. Así que no se vaya muy lejos, querido lector, que esto se va a poner peor.