Río de Janeiro. Sólo en la emblemática pista del Sambódromo de Río de Janeiro es posible evocar, en la misma noche, a personajes como Michael Jackson o Ray Charles, recrear el infierno descrito por Dante en “La divina comedia” y reivindicar la cultura indígena, en medio de una fiesta multitudinaria.
Las seis escuelas que abrieron esta madrugada los desfiles de “primera división” del Sambódromo volvieron a demostrar que el carnaval carioca es el mayor espectáculo del mundo.
Durante más de ocho horas, 19.200 músicos y bailarines desfilaron sobre la pista de Sapucaí, bien caminando o encaramados a alguna de las 36 imponentes carrozas que avanzaron por el templo de la samba, en una noche que comenzó con una intensa lluvia y con malos augurios por un accidente que dejó 8 heridos, al menos tres de ellos de gravedad.
La agrupación de samba Paraíso de Tuiuti, encargada de abrir la gran fiesta carioca con un homenaje a “Tropicalia”, el popular movimiento liderado por Gilberto Gil y Caetano Veloso, difícilmente cumplirá su sueño de seguir en la categoría de las grandes escuelas después de este accidente.
La última carroza de su desfile perdió el control durante una maniobra al iniciar su recorrido por la pista de 700 metros del Sambódromo, chocó contra uno de los balcones que bordean la avenida y, al intentar retroceder, atropelló a varias personas.