El pasado martes funcionarios del equipo económico del gobierno, aprovechando el encuentro anual del FMI y el Banco Mundial, se reunieron con el Director Gerente y otros funcionarios para entregar de manera formal la carta de intención, paso previo para que el Directorio del organismo multilateral la apruebe y  dar inicio a un acuerdo stand-by hasta febrero del 2012.

Anteriormente los países acudían al FMI en búsqueda de asistencia y recursos con la finalidad de afrontar problemas de balanza de pagos o desajustes macroeconómicos, como fue el caso del fallido acuerdo del gobierno de Hipólito Mejía en el 2003 tras las quiebras bancarias, debiéndole corresponder a la presente administración suscribir en enero del 2005 un stand-by por 28 meses, cuyo estricto cumplimiento de metas permitió a la economía salir de la crisis en tiempo record y retornar al crecimiento con estabilidad.

Tan pronto estalló la crisis financiera y la economía global cayó en la recesión más grave desde la segunda guerra mundial las naciones del G-20 comenzaron aplicar fuertes estímulos monetarios y fiscales y se acordaron recursos adicionales al FMI para suministrarlos a los países con poca capacidad fiscal para aplicar políticas contra ciclicas y así han surgido ventanillas como la Flexible Crédito Line, el stand by precautorio o la asignación general de derechos especiales de giro que permitió a la RD recibir la suma de RD$275.3 millones para fortalecer las reservas del BC.

El presente acuerdo stand-by, por un monto de US$1,700 millones, permitirá al gobierno central recibir en lo que resta de año una suma aproximada de US$990 millones en financiamientos provenientes del BID, el Banco Mundial e incluso un aporte directo del FMI por un monto de US$300 millones, lo cual representa una novedad en materia de acuerdos de este tipo donde normalmente los recursos del organismo multilateral se dirigen exclusivamente alimentar las reservas de los bancos centrales.

Este nuevo acuerdo con el FMI aportará los recursos externos para financiar el déficit presupuestario, aplicar una política contra cíclica, mantener la actual política monetaria flexible; medidas que deben contribuir a un aumento de la demanda agregada a corto plazo, pero también el programa económico contempla una agenda de reformas estructurales como el fortalecimiento de la administración fiscal con la aplicación íntegra del marco legal aprobado en el acuerdo anterior, definir el régimen de exenciones, consolidar la reforma financiera,  mejorar el desempeño del sector eléctrico e incluso mejorar la red de seguridad social.

Con este paso el gobierno del Dr. Leonel Fernández reitera su compromiso con la estabilidad y las reformas y no es accidental el párrafo final del comunicado de prensa del FMI del 6 de octubre: “aplaudimos a las autoridades por el sólido programa de políticas, que demuestra el compromiso de fortificar el marco institucional y la economía de la República Dominicana”.