¡De nuevo, la Feria!

¡De nuevo, la Feria!

Con el lema “Leer te eleva”, se inicia el   lunes 20  la XII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, dedicada a Juan Bosch y con Brasil como país invitado de honor. La feria del libro  es nuestro  evento  cultural más democrático y abierto, como corresponde cuando se trabaja por el crecimiento colectivo. De la misma,  conversamos con  la máxima figura de la feria, el licenciado José Rafael Lantigua, su fundador  y actual Secretario de Cultura.

Producir un espectáculo literario, artístico y cultural como la Feria del Libro coloca a nuestro país en el mapamundi cultural, pero es una tarea titánica cuyo fin… ¿justifica la inversión y la presión? Convencidamente, sí. Todo proyecto de cultura justifica su inversión. En medio de la crisis mundial que conocemos, se alzan por todas partes las voces de los expertos señalando que la cultura es el mejor antídoto contra la depresión financiera y el remedio ideal contra los males de la violencia. Permitir que millares de personas tengan acceso a los bienes de la cultura gratuitamente y que la cadena productiva que genera la acción cultural, llevada al máximo en la Feria del Libro, logre movilizar la economía, sencillamente no tiene precio.

Cada año la Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de la Feria del Libro da una lección de organización y criterio con los libros que edita,  de gran valor y a precios irrisorios, este año son 23,  ¿cómo lo logra? Aplicando criterios estrictos entre decenas de solicitudes que nos llegan. Consensuando con los directores de nuestras unidades editoriales, que saben perfectamente lo que buscan, y tratando de servir sin prejuicios al desarrollo de la cultura literaria dominicana.

El centenario de Juan Bosch manda que la feria le sea dedicada, con tantos eventos paralelos celebrando este acontecimiento histórico-político y cultural, ¿fue difícil tener un pabellón y un programa que complaciera a la mayoría de involucrados? En absoluto. Se ha diseñado un pabellón consensuado con la Fundación  Juan Bosch y la feria toda tendrá más de 200 actividades en su programa en honor al maestro. Será el más grande homenaje que se le ha hecho a Bosch, a su obra literaria y a su hoja de vida intelectual y ética.

Cada año, montar un pabellón y un programa conjunto de literatura y arte con el país invitado de honor  trae distintas experiencias, algunas positivas y otras difíciles, ¿cómo ha sido la interacción con Brasil y qué podemos esperar de este intercambio cultural? Formidable. Desde un principio, Brasil a través de su Ministerio de Cultura ha puesto sus mejores empeños en este evento, labor en la que hemos encontrado respaldo también de su embajada en el país. La participación de 23 escritores,  decenas de editores, la presidenta de la poderosa Cámara Brasileña del Libro, del Ministro de Cultura Juca Ferreira, de un  icono del arte popular brasileño Antonio Nóbrega, revelan que este intercambio con Brasil será memorable.

Pabellones que repiten y pabellones que se van, ¿a cuál apuesta como protagonista de esta feria y por qué? Los clásicos: Café Bohemio, Autor y su Voz, Autores Dominicanos, Libro-Cocina, Juvenil, el renovado Infantil,  que siguen tan campantes. Los nuevos: el Bulevar del Micro-relato, el nuevo espacio de Tribuna Libre, el de Casa de Teatro y en especial el Pabellón del Comic, que es la novedad de este año. Y un espacio pequeño pero significativo, el que honra a Corín Tellado, recientemente fallecida. Apuesto a todos, porque cada uno llena un espacio necesario y útil.

Sabemos que los días de feria son días de mucha presión y de mucha satisfacción, ¿en qué momento empieza a  disfrutar de la vitalidad de la feria y su enorme cantidad de títulos? Nadie, tal vez, la disfruta como yo. Construyéndola y viviéndola en cada tramo, en cada espacio, en cada momento de su amplio programa. Algún día, sólo me llegará el rumor de sus vivencias, por ahora quiero seguir disfrutándola con todos mis bríos.

Lo que a su entender debemos hacer en la feria para beneficiarnos de sus tantas ofertas… Ante todo, comprar libros, del título que prefieran. Luego, visitar los pabellones, disfrutar los museos, ir a uno o dos buenos espectáculos, ver la muestra teatral, caminar por el bulevar del micro-relato, pedir un autógrafo a Nélida Piñón, a Frei Betto o a cualquiera de los escritores, llevar sus niños al área infantil, pedir a los adolescentes que se acerquen al pabellón juvenil, saborear un rodizio brasileiro en el bar del Teatro Nacional, y al final, descansar en cualquier ángulo de la plaza para ver la gente caminar, y celebrar la vida con Freddy Ginebra en su pabellón de Casa de Teatro –una apuesta regocijante- y un café con Víctor Víctor y su guitarra en Café Bohemio.

¿Es la FIL dominicana ciertamente una feria importante en el mundo hispánico? No es propaganda, es una realidad contundente que debe llenarnos de orgullo. La nuestra es la más grande feria del libro del Caribe y Centroamérica y, con toda seguridad, el festival cultural más grande y trascendente de toda América Latina y gran parte del mundo. Ningún gobierno ofrece tanto, culturalmente hablando, y de manera gratuita, a sus ciudadanos: teatro, danza, teatro de calle, música, espectáculos, folklore, debate de ideas, coloquios, conferencias, libros,  libros… Es una fiesta innombrable.

¿Algo en especial que celebrar  este año? El más fundamental. La promulgación de la Ley del Libro y Bibliotecas, con todo lo que significa. Y el hecho de que en ella se consigne que la Feria Internacional del Libro es un evento de alto interés social, y de que es zona franca temporal.

En síntesis

Los Retos

A pesar de la crisis de la  economía, vendrán representantes de 27 países, más de 150 editores  y 104 escritores.  La mayor cantidad que hemos tenido en los últimos años. Los otros retos: “economía en los recursos sin variar la calidad tradicional del evento, gran presencia pública de todos los estratos sociales y buenas ventas para los participantes”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas