De nuevo, la Virgen y el miedo

De nuevo, la Virgen y el miedo

Eusebio Rivera Almodóvar

Estamos entre los países con peor ordenamiento en el transporte público y elevada tasa de accidentes y para muchos dominicanos que regresan, luego de residir en/o visitar otros países, es frecuente el uso de la expresión “¡Que la Virgen nos proteja!” cuando se desplazan en automóviles por nuestras grandes ciudades asombrados de que los accidentes y muertes no sean mayores, ya que unos conducen con mucho miedo a otros que no tienen miedo, a matar o matarse en vías donde, lamentablemente, la virgen no ha podido estar para evitar desgracias.
Hay que respaldar a los medios de comunicación que educan a conductores y a la ciudadanía en general sobre medidas de prevención para evitar tragedias por exceso o falta de miedo. Tal vez una porción del presupuesto de publicidad gubernamental pueda derivarse hacia una campaña permanente de seguridad en el tránsito, con lo cual también colaboraría con los medios que, en muchas ocasiones, lo hacen gratuitamente.
Tenemos tan mala fama como conductores, que a un pariente nuestro que tomaba un examen para obtener un permiso de conducir en Estados Unidos, el oficial le preguntó si tenía licencia previa y al decirle que sí, que era dominicana, lo aprobó de inmediato y cuando nuestro familiar le preguntó por qué, el representante le dijo: “Porque yo también soy dominicano y para manejar en República Dominicana hay que tener a la Virgen al lado”.
Tener el crédito de haber conducido en un lugar tan desordenado como nuestro país no debe honrarnos, sino avergonzarnos, por representar a un pueblo incapaz de conmoverse por las heridas, discapacidades y muertes por los numerosos accidentes de tránsito.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas