De palabras que adelantan la acentuación al ser pluralizadas

De palabras que adelantan la acentuación al ser pluralizadas

Es de uso general en el ámbito de nuestra lengua que la pluralización de la palabra no altera la colocación del acento (prosódico) sobre la misma vocal donde estuvo la forma empleada originalmente: casa/encuentro c/á/rcel /composici/ó/n/ deb/er.
Es decir que, si en principio, la palabra c/á/sa lleva la recarga de la elevación del tono de la voz sobre la vocal /á/ de la primera sílaba, agregamos simplemente la /s/ final, que marca la pluralización, y pronunciamos casa/s/, sin necesidad de darle mayores vueltas a la ortología. Hablamos del acento prosódico.

La palabra podría terminar en consonante: /l/; por ejemplo: c/á/rcel. Agregamos ahora la forma duple: /es/ para lograr la pronunciación adecuada c/á/rceles y evitar un ruido en contra de la claridad y la eufonía que porta la nueva formulación, pues cárcel, voz llana o breve, se convertirá en pronunciación esdrújula, y requiere, al escribir, la tildación correspondiente: cárceles, aunque la pronunciación se mantenga en la primera /a/.

Al pluralizar composición: composicion/es/, el acento quedará ahora en la penúltima sílaba; dejará de ser voz aguda. Vale decir, cambiará la clasificación aguda en llana y convertirá su denominación, pero con el acento en la misma vocal.

Es este el fenómeno en el orden general de las palabras por aplicación de los usos en la lengua española.

Así, pues, palabras como /virtud/: de dos sílabas, con tonicidad sobre la /u/ de la sílaba final /tud/, abandona su clasificación de aguda, por llevar la elevación del tono de la voz en la última sílaba; mas, la recarga acentual (prosódico) se queda sobre la misma vocal del segmento (tú o túd) sin cambiar de su posición natural, pero pasará de una dicción aguda por el acento en la última sílaba: /tú o tud/ y mantenerlo sobre /u/, que se convierte en penúltimo segmento.

Con todo, es conveniente que tengamos en cuenta que, a pesar de este análisis que intentamos ofrecerles con toda claridad, comporta y reclama que signifiquemos el tema morfológico, que el idioma admite excepciones en las siguientes palabras: carácter /espécimen/régimen.

Carácter es vocablo de acentuación llana; sin embargo, hace el plural caract/é/res, igualmente llana, pero el acento avanza una sílaba por eso; se mantiene como término llano.

Esp/é/cimen es término esdrújulo, terminado en /n/, agrega /es/ para la pluralización: Espec/í/menes. Adquiere una sílaba, pero al movilizar el acento hacia adelante mantiene su clasificación en orden acentual.

R/é/gimen es vocablo esdrújulo. El acento recae sobre la antepenúltima sílaba /ré/ (o la primera si contamos en otro orden). Pluralizamos: regímen/es/. Pasa el acento de la mencionada antepenúltima a la que ahora es antepenúltima: regímen/es/ (o segunda si contamos desde el principio).

Son estos tres las excepciones que conozco o recuerdo acerca del tema, que conocí primero en Pedro Henríquez Ureña y Amado Alonso, en Gramática castellana, y luego en María Moliner, Diccionario de uso del español.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas