De paseo por la calle José Gabriel García

De paseo por la calle José Gabriel García

POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
La calle José Gabriel García es singular en sí misma ya que no es recta, debido a que su inicio es curvo y a partir de ahí continúa torciéndose en algunas partes.  Es la única que tiene una casa colonial con ocho puertas frontales situada en la esquina de la calle Hostos.

También es la única que tiene cuatro plazoletas y dos parques. La plazoleta Pellerano Castro (Byron), situada entre el inicio de ésta y la calle Las Damas; la Plazoleta Americana para el Pueblo Dominicano, situada en la esquina 19 de Marzo; la de Carlos Gardel y Faustino Sarmiento, situada en el tramo comprendido en los inicios de la Espaillat y Palo Hincado, y la de Ruben Darío, situada en la Pina con la avenida George Washington.

También está el parque Cervantes, situado entre esta misma vía, la Pina, Espaillat y la avenida George Washington; además, el parque Eugenio María de Hostos, donde desemboca.

Por igual, es singular por los bustos ubicados en las plazas mencionadas y también por el de Pedro Agustín Morel de Santa Cruz (1634-1768), primer obispo dominicano montado en un  pedestal situado en el espacio de terreno adoquinado que está frente al comienzo de la calle Hostos.

Por otro lado, es única porque tiene un doble espacio con una jardinera situada a la izquierda del fuerte San José, cuya cerca son los restos de la muralla colonial, donde se aprecian matas florecidas de cayenas, trinitarias, hortensias y helechos, también árboles de palmas y de álamo.

Sin embargo, en el tramo existente en la esquina 19 de Marzo, se aprecian tres gigantescos árboles centenarios de caoba, a los cuales el Ayuntamiento ha rodeado con una alta y gruesa cerca de granito, de la que parten sobresalientes que sirve de asiento.

Asímismo, es la única que conserva los balcones que antaño habían en el borde de las costas del mar Caribe. El primero es el que está situado en el tramo comprendido entre los inicios de las calles Las Damas e Isabel La Católica. Es un extenso balcón que comienza con uno pequeño, interrumpido por una alta escalinata que va a dar a la avenida George Washington, siguiendo con una pequeña curva, luego en forma recta y torciéndose dos veces hasta terminar en el inicio de esta última calle.

  Tiene los balaustres más altos de toda la Zona Colonial, cuyos cimientos son cuadrados de dobles molduras, de la cuales parte un cuerpo central abultado siguiendo más reducido con otra pequeña redonda y rematando en otro cuadrado.

Están divididos por una pilastra rectangular centralmente ahuecada que le sigue un cuerpo de igual forma, el cual va estrechándose para rematar en una media esfera gruesa cuyos laterales tienen varias hendiduras que lo rodean, además de unas estrías en su lomo.

Estos balcones terminan en la pared de la primera casa existente en esta vía. Allí se puede apreciar un pequeño espacio de superficie adoquinada de ladrillos, en cuyo centro está sembrado un árbol de laurel, el cual curvadamente lo rodean dos dobles cortos muros de concreto.

El de la derecha encierra una concavidad sembrada de matas de flores que delante tiene otro cuerpo de concreto el cual sirve de asiento, y otro a la izquierda sólo con un banco.

La otra balconada es la situada frente al inicio de la calle Hostos, la cual antaño servía para la vecindad capitaleña asomarse a ver debajo la otrora gruta costera que existía, llamada “Cueva de las Golondrinas”, debido a que allí entre sus altas grietas tenían sus nidos estas avecillas, y en cuyo fondo se estrellaban las olas del mar Caribe.

Sus balaustres están formados con un primer cuerpo redondo de dobles molduras alrededor del cual parte otro abultado en el centro que sigue estrechándose hasta donde hay una circular pequeña para rematar en otra redonda.

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