De perros y chacales

De perros y chacales

“Por fin he dado con el núcleo de la historia de la francesa que vivió en Rusia, en Cuba, en Santo Domingo. Te había escrito antes sobre este tema básico de mis investigaciones en las Antillas. Ahora he podido leer las “Memorias” de esta mujer trashumante, “experta” en trastornos sociales. Los cubanos que conozco son personas atentas y amables. Los de mayor edad conservan, como es evidente, rasgos de la educación pre-revolucionaria. Podría pensarse que los viejos deberían ser más egoístas e insolidarios que los jóvenes formados después de la revolución. Pero no es así, Panonia; han perdido, al mismo tiempo, las creencias religiosas y los ideales burgueses”.

“La falta de oportunidades para el crecimiento económico produce un desaliento general, penetrado por el más descarnado cinismo. Familias comunes y corrientes alquilan sus camas para encuentros con prostitutas. “Prestar” las propias habitaciones representa un ingreso monetario adicional. Sin Dios, sin moral burguesa, sin esperanzas, sobreviven a base de delaciones y bribonerías. Podríamos decir que son individuos amorales con buena formación escolar. ¡Paradójicamente, creen con fe viva en los babalaos! Se aferran a los santeros”.

“He pensado muchas veces en los campos de concentración que había en la época estalinista” en las montañas de Mátra. Los antiguos campos de Recsk eran parecidos a los lugares de trabajo forzado en que confinan aquí a los homosexuales. Oficiales de la policía de Cuba importaron chacales de Checoeslovaquia para cruzarlos con perros alemanes de pastor. A menudo echan a pelear esos híbridos como puro espectáculo de furor bestial; y también los usan para perseguir presos fugitivos. Los chacales procedían de los montes Tatra, específicamente del macizo húngaro; negociantes checos los vendieron a los cubanos con autorización del gobierno de Hungría”.

“En Cuba todos piensan que no hay nada en el mundo más sanguinario que un chacal. A un jefe de policía de la provincia donde estoy ahora, le llamaban “el chacal de Oriente”. La mujer francesa de la que ya tienes noticias era la esposa del hijo del “chacal de Oriente”. Pero la serie de crímenes cometidos en la época del dictador Machado no concluyó con el fin de su gobierno. Continuaron cometiéndose mucho tiempo después”. (Ubres de novelastra; 2008).

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