De piñones y otros aceites

De piñones y otros aceites

Ahora se habla de la Jatropha curcas. En nuestra niñez se habló del piñón. Andábamos entre la pubertad y la adolescencia, en días en que se comenzó a introducir el piñón cubano. Y de pronto el piñón criollo fue olvidándose, al extremo de que hoy es una especie poco sembrada. Y casi desconocida para las generaciones de estos tiempos. Quizá por ello habremos de conocerla, en lo adelante, con la denominación científica de Jatropha curcas.

Alain Henri Liogier en su muy documentado “Diccionario Botánico de Nombres Vulgares de la Española”, habla del piñón, y cita el nombre científico.

Algo más, empero: saca a relucir el valor oleaginoso de esa planta, que, en mi niñez pensé que era inservible. Porque, fuera del curioso fenómeno de que sufriera la modificación del color de su savia el Viernes Santo, la muchachada no le confería ningún otro valor. Su madera, fofa y endeble, no le servía a los muchachos ni para subir a sus ramas.

Hace poco retorné a las páginas de la obra de Liogier. Quería establecer si, como me aseverase Esmelin Sánchez, puede cultivarse en suelos agostados. En vez de ello, el célebre botánico dice que es común en la isla, como en tierra firme del continente. Pero, ¿es planta de zona de vida seca? ¿Prosperaría el cultivo en tierras que han perdido la capa vegetal?

Es probable, pues cuando era una más prolífera planta silvestre, solía crecer en suelos pobres, y en lugares calientes. De manera que suelos de clasificación seis y siete, tal vez podrían verla florecer estupendamente. De la jojoba no tengo dudas, ya que en tierras del centro y norte del continente, en las peores condiciones, prospera sin obstáculos. ¿Por qué no crecerá el piñón criollo en tierras pobres?

Las ventajas del piñón criollo como oleaginosa han permitido que llame la atención en los tiempos del petróleo caro. Liogier decía por la época en que fue publicada su obra, que, pese al escaso valor que le acreditamos los muchachos de mi niñez, ese piñón era utilizable en muchos sentidos.

Es planta melífera, para comenzar, de manera que, además de cultivar sus frutillas para extraerle el aceite, podríamos fomentar la apicultura. Produce un colorante natural, que se utilizó antiguamente para colorear telas. El jugo lechoso es cicatrizante, de manera que podría tener aplicaciones en la farmacopea.

Y por supuesto, ayudaría a ofrecer sombra a suelos en los que las lluvias se evaporan rápidamente por efectos de los intensos rayos del sol. Es bueno, pues que se piense en la dichosa Jatropha curcas, alias piñón criollo, ahora que vivimos la crisis del petróleo caro. Pero del piñón no nos olvidemos, aunque el petróleo vuelva a los precios de antaño.

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