De poderío y doblegación

De poderío y doblegación

– I –

No quisiera uno que fuese así, pero, lamentablemente, la principal fuerza doblegatoria es el dinero. Decía Giovanni Papini que el dinero es el excremento del diablo… y lo es cuando se utiliza como arma meramente ventajista y no como fuerza constructiva para el bien. ¡Pero con cuánta injusticia suelen los poderosos

utilizarlo! ¡Cómo doblegan y tuercen las voluntades populares, aprovechando las necesidades de las mayorías! Es el arma perfecta de los dictadores de cualquier tipo.

Salvador Pániker escribió por el 1968 que el dictador es una figura en extinción por falta, ya, de condiciones ambientales favorables, y lo compara con los grandes reptiles del Mezozoico, pero la posterior proliferación mundial de regímenes de fuerza dice otra cosa. La cantidad de generales, partidos únicos y “hombres fuertes” en el poder aumentó notoriamente en el nuevo y el viejo mundo.

Erich Fromm escribió en “El miedo a la libertad” el párrafo que transcribo a continuación: “En un principio, muchos hallaban algún aliento en la creencia de que la victoria del sistema autoritario se debía a la locura de unos cuantos individuos y que, a su debido tiempo, esa locura los conduciría al derrumbe. Otros se satisfacían con pensar que al pueblo italiano o al alemán les faltaba una práctica suficiente de la democracia y que, por tanto, se podía esperar sin ninguna preocupación el momento en que esos pueblos alcanzaran la madurez política de las democracias occidentales.

Otra ilusión común, quizás la más peligrosa de todas, era el considerar que hombres como Hitler habían logrado apoderarse del vasto aparato del Estado solo con astucias y engaños; que ellos y sus satélites gobernaban únicamente por la fuerza desnuda y que el resto de la población oficiaba de víctima involuntaria de la traición y del terror.

En los años que han transcurrido desde entonces, el error de esos argumentos se ha vuelto evidente.

Hemos debido reconocer que millones de personas, en Alemania, estaban tan ansiosas de entregar su libertad como sus padres lo estuvieron de combatir por ella; que en lugar de desear la libertad, buscaban caminos para rehuirla.”

No es idea nueva la democracia. Afirma Erich Kahler en su recopilación de conferencias dictadas en la New School for Social Research de New York que “la evolución humana se inició con una forma de comunidad que tiene cierto parecido con la democracia. Y en las primeras etapas de la comunidad primitiva, prístina, antes de que surgiera el predominio de un jefe sagrado, todos los miembros eran iguales, actuaban y deliberaban en común, compartían su vida, sus propiedades y sus culpas. Encontramos rastros de esta convicción prístina en las etapas primitivas de todas las tribus y pueblos antiguos”.

Se ha dicho que lo único nuevo en la historia es lo que ignoramos que sucedió. O lo que olvidamos. Creo que es así.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas