De portabilidad numérica  y otros grandes progresos

De portabilidad numérica  y otros grandes progresos

Cuando a principios de los años 80 llegué a Santiago, en condición de ‘pueblita’ invitado, me resultaba gracioso escuchar a los cibaeños dar referencia de sus números telefónicos.

Ya para la época los teléfonos tenían asignados siete dígitos, pero los santiaguenses o santiagueros no parecían acostumbrarse al cambio.

Recuerdo que cuando alguien preguntaba por un número telefónico – comercial o residencial – se le enfatizaba que era “con el dos” o “con el tres”, significándole al interesado que el prefijo era 582 ó 583. Bastante gracioso.

Años más tarde, me correspondió el privilegio de ser contratado por la mayor corporación de telecomunicaciones, y testigo de las innovaciones que se introducían en el sistema.

Vinieron las modernas ‘centrales’ electrónicas, para reemplazar las viejas electromecánicas ‘paso a paso’,  el beeper, el celular, sistemas de mensajería digital, vídeoconferencia y otras modernidades.

El beeper se hizo pronto anticuado y la comunicación celular creció, hasta convertirse en una de las vías de intercomunicación más avanzadas, prácticas y eficientes.

República Dominicana cuenta con una infraestructura tecnológica inexistente en otras naciones del área, y una densidad telefónica apreciable.

En unos meses nos convertiremos en uno de los primeros de la región en poseer sistema de portabilidad numérica, amén de los otros vertiginosos cambios que se han venido operando en el sector. Es que ya no sólo se habla “con el dos o con el tres”.

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