De portada
Te encanta, pero…

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Estás acostumbrado/a  degustarlo, tanto en el desayuno, en forma de rica bebida, hecha cocoa, a la que se le añade leche; en  los bombones, las tabletas rellenas de  almendras, en los brownies, y adicionado como sabor a diferentes golosinas, incluyendo los helados y biscochos.

Hablo del chocolate, ese producto que se obtiene de  la semilla del arbusto llamado cacao, que aporta grasas y azúcares al organismo y que se produce mucho en nuestro país.

Hay hallazgos científicos que señalan que este árbol es originario de América por las evidencias que se han encontrado en los ríos Orinoco y Amazonas, hasta legar el sureste de México. Incluso han aparecido vestigios de un componente del cacao llamado teobromina.

Se cree que la forma más primitiva de consumo era como una bebida fermentada, algo así como la cerveza y que posteriormente fue elaborado en forma de pasta a la que se le adicionaba chiles (ajíes). También se preparaba de forma  líquida y semilíquida adicionándole  agua, miel, vainilla, entre otros productos.

Se le atribuye al conquistador de México Hernán Cortés haber llevado el cacao a España, desde donde  su consumo probablemente empezó a extenderse  por toda Europa y a combinarse para obtener más variedades y aplicaciones.

Otra versión  da cuenta de que  fueron los sacerdotes jesuitas que lo llevaron a la Madre Patria.

Los primeros países del continente europeo  donde llegó, además de España,  fueron Francia, Italia e Inglaterra. En algunos países el chocolate se usó primero como medicamento.

En el siglo XVII aparecen las chocolateras, o recipientes donde se preparaba, y se servía;  eran hechos de materiales  resistente al fuego, como el cobre estaño. El chocolate se servía en una taza de plata o porcelana,  y también  había envases especiales para ese uso.

Para elaborar el producto el proceso que se seguía era el siguiente: después de tostado, descascarillados y molidos los granos del cacao, la masa se dejaba convertida en una pasta fina a la que se le mezclaba azúcar y algunas especies y luego se trituraba con un molinillo o batidor de madera.

A mediados del  siglo XVIII llegó el chocolate a  Estados Unidos. Las primeras fábricas que se instalaron fueron la Quaker, la  Milton  y la Hershey; esta última  desarrolló la tableta de chocolate con leche y  almendras.

Ya en el siglo XIX le chocolate empezó a industrializarse y a diversificarse con  la instalación de fábricas en  todo el mundo.

La primera fábrica de Europa se estableció en Suiza en 1819.  En Italia se desarrollaron los bombones,  y en Holanda se logró fabricar una máquina para exprimir los granos de cacao y extraer la manteca y un procedimiento para hacerlo más disolvente en leche o agua.

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