De producirse un tsunami la parte baja de los ríos sería más afectada

De producirse un tsunami la parte baja de los ríos sería más afectada

De producirse un tsunami en el área conocida como la Fosa de los Muertos, en la zona sur del Mar Caribe, la mayor parte del Gran Santo Domingo quedaría resguardada, a excepción de la parte baja de las márgenes de los ríos.

La explicación la ofreció Miguel Llorente Isidro, jefe de la Unidad de Galicia del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), quien forma parte del equipo de expertos que realizó en el país el “Estudio de la amenaza sísmica y la vulnerabilidad física del Gran Santo Domingo”.

“Cuando hablamos de tsunamis tenemos que saber que estamos haciendo una simulación de escenarios, y el que estamos trabajando se ubicaría en la Fosa de los Muertos. De cumplirse, la mayor parte del Gran Santo Domingo estaría bien situada, y en cuanto a la costa, una franja de 100 a 200 metros estaría en buena situación.

“No obstante, las poblaciones que están en las márgenes de los ríos, que son las partes bajas, están en situación de vulnerabilidad frente a un tsunami”, explicó Llorente Isidro en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.

De acuerdo con sus explicaciones, las zonas costeras que tienen acantilado quedarán más protegidas, no así los asentamientos humanos distantes a 3 o 4 kilómetros de la costa aguas arriba del río.

“No es una cuestión de distancia de la costa, sino a cuántos diámetros estamos respecto al nivel medio del mar”, dijo al destacar que cuando el mar penetra al río provoca inundaciones que afectan a los asentamientos de las riberas.

En la ribera del río Ozama, por ejemplo, viven miles de familias en casas muy vulnerables por el tipo de material con que están construidas.

El experto también resaltó que, para fines de evacuación, las personas tendrían un máximo de 10 a 15 minutos para salir de las áreas más vulnerables y alojarse en edificios o casas de tres pisos, equivalentes a diez metros.

En ese sentido planteó que la autoprotección es fundamental, porque ese tiempo es insuficiente para que los organismos de socorro declaren las alertas y saquen a los ciudadanos de las zonas vulnerables.

“Diez minutos no es suficiente para organizar una alerta de parte de los organismos encargados; por eso es importante la autoprotección, que la población esté educada con relación al tema, que no esperen a que las autoridades les digan que deben abandonar sus viviendas”.

Las informaciones ofrecidas por Llorente Isidro forman parte del referido estudio, arrojados a través de la elaboración de un mapa de susceptibilidad de tsunamis.
Sin embargo, se advierte que este mapa no es una herramienta predictiva, sino que sirve para planificar acciones que eviten males mayores a la población de ocurrir un maremoto.

Esa información permite establecer el tiempo que tardaría la primera ola en tocar la costa “y la mancha de inundación de un posible tsunami que impacte el territorio estudiado”.

Ese mapa, que evalúa 40 kilómetros de costa, desde el Gran Santo Domingo hasta San Gregorio de Nigua, en San Cristóbal, sirve para la planificación urbana y la organización de nuevos asentamientos.

Se requiere educar. Alfio Bernardo, consultor internacional del Programa de las Naciones Unidas (PNUD), destacó que el único plano de protección civil que se puede hacer es la autoprotección.

Para lograrlo los medios de comunicación son fundamentales porque son los que tienen que transmitir las informaciones para que la población sepa cómo actuar y hacia dónde ir, destacó.

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