¿De qué lado está Dios?

<p>¿De qué lado está Dios?</p>

 TELÉSFORO ISAAC
La gran mayoría de la población mundial se encuentra en un dilema espiritual, emocional y mayormente de fe, porque ante la verdad de que hay un sólo Dios, Creador y Padre de judíos, cristianos e islámicos, son testigos de la triste realidad de que la convivencia entre estas tres religiones y culturas que adoran ese Dios muchas veces se torna insostenible. Entonces surgen preguntas inquietantes y perturbadoras tales como: ¿Por qué hay continuo conflicto y luchas entre ellos? ¿De qué lado está Dios?

En nuestros días, oímos a predicadores convencidos y fogosos, diciendo que Dios está usando el terrorismo para castigar a las naciones y pueblos por el pecado y la falta de conversión. Al mismo tiempo, los religiosos del Islam han declarado que los judíos y los cristianos deben ser castigados por su infidelidad a Alah y a la religión de Mahoma.

Es inconcebible que los judíos y los palestinos quienes son descendientes directos de una misma raíz patriarcal y de un mismo hábitat, se peleen de una forma tan brutal e inhumana, que los observadores imparciales se preguntan: ¿Cómo es posible esto a pesar de que son de una misma estirpe genealógica? ¿Cómo se explica que su fe está fundamentada en la fuente original de las mismas Sagradas Escrituras?

En el año de 1940, el escritor y profesor universitario inglés C. S. Lewis, hizo gala de una lógica y profunda imaginación para explorar los problemas del sufrimiento humano y trató de ofrecernos respuestas. Pero aunque sus escritos son muy populares, no han hecho la aclaración deseada para convencer y soslayar de manera efectiva, la inquietud del “por qué del sufrimiento” en el mundo, por qué los continuos conflictos y guerras entre los seres humanos hechos “a imagen y semejanza de Dios”.

Parecido a Lewis, el gran teólogo de la universidad de Basilea, Urs Von Baltasar, hizo un noble intento intelectual en el año 1960 en su libro “El Cristianismo y la Angustia”, tratando de retratar y describir “el monstruo invisible” de la angustia, el dolor, la desavenencia, el odio entre personas, grupos, pueblos y naciones; pero la difusa sombra del monstruo opacó su intento.

¿Quién puede responder satisfactoriamente a las milenarias e inquietantes preguntas: ¿Por qué sufren los inocentes? ¿Por qué pasan cosas malas a gente buena? ¿A qué se debe el continuo conflicto entre el bien y el mal? ¿Por qué nos abatimos unos contra otros? ¿Por qué pelean los cónyuges, los hermanos se torturan y se matan?

Ante las preguntas y observaciones de cómo, por qué y cuándo comenzó y finalizará “el bien” y “el mal”, sólo tenemos la respuesta de Jesús a sus discípulos al momento de la Ascensión: – “No les toca a ustedes saber en qué día o en qué ocasión hará el Señor Dios las cosas que solamente Él tiene autoridad para hacer”. ( Hechos 1:7)

Nos queda tener fe, esperanza y amor, mientras tanto meditemos en las palabras del siguiente cántico:

“Envuelto en sombría noche,

El mundo sin paz no ve.

Buscando una esperanza

Buscando, Señor, tu fe”.

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