¿De qué buen Gobierno me hablan?

¿De qué buen Gobierno me hablan?

Los estrategas del PRD han tratado de construir un mito en torno al Gobierno de Hipólito Mejía, tratando de presentar una gestión brillante que fue empañada por las quiebras bancarias, lo cual es falso, pues con anterioridad a los colapsos, ese Gobierno mostró un pésimo desempeño macroeconómico, social e institucional.

El candidato ofrece una meta de crecimiento superior al 6%, pero cuando fue Presidente recibió una economía que había crecido en los cuatro años anteriores a una tasa promedio de 7.2%, que a junio del 2000 estaba creciendo a una tasa de 7.7%; sin embargo cerró ese año en 5.7%, en el 2001 se desplomó a 1.8%, y aumentó en el 2002 a 5.8% gracias a los bonos soberanos.

En 2002 la inflación alcanzó 10.52%, con un precio de petróleo  a US$26.17 el barril. En estos siete años, a pesar del choque petrolero y de los commodities, la inflación promedio ha sido de 7.17%.  También el precio del dólar manifestó un comportamiento anómalo, y mientras en el primer Gobierno del PLD la tasa de cambio aumentó de 13.87 a 16.41(4.58% promedio anual), por el contrario en apenas 14 meses en el de Hipólito Mejía aumentó en 21.8%, rompiendo la barrera del 20×1 en octubre del 2002, y esos resultados antes de las quiebras bancarias.

Ese pésimo desempeño y pérdida de confianza se manifestó en una caída de la inversión extranjera directa de US$1,337.8 millones en el 1999 a US$916.8 millones en el 2002, y  el resultado global de la balanza de pagos por vez primera alcanzó un déficit de US$554.7 millones. Para tener una idea de la gravedad de ese resultado, baste recordar que en 2008, en medio del peor choque de los precios, la balanza global fue negativa en US$325.8 millones.

Pobre desempeño económico y pobre desempeño social pues cuando se produjo el grave ajuste en el 2003, en vez de proteger a  los sectores más vulnerables, les rebajó el gasto en educación, llevándolo del 2.9% del PIB al 1.5%; redujo el de salud (de 1.9%  al 1.2% del PIB) y el de asistencia social de 1.1% a 0.3% del PIB. Fueron tan indolentes que no se les ocurrió un mecanismo como la tarjeta Solidaridad y mucho menos un Promese como el actual. En cuanto al sector salud heredaron del Gobierno anterior, tras varios años de discusiones, el proyecto para la seguridad social que fue aprobado por el Congreso en el 2001, sin embargo en tres años apenas afiliaron 45 mil en el régimen subsidiado y no pudieron dar inicio al contributivo.

Ese Presidente no se preocupó en impulsar reformas. Recibió del primer Gobierno del PLD los lineamientos y el financiamiento para la implementación del PAFI (Programa de Administración Financiera Integrada) y en cuatro años aprobaron solamente la Ley de Contabilidad Gubernamental; mientras este Gobierno ya en el 2006 había logrado completar la reforma de la administración fiscal con ocho nuevas leyes.

En materia de desempeño institucional no podemos olvidar la convocatoria que hiciera Hipólito Mejía del CNM para seleccionar tres jueces de la SCJ, realizada al vapor sin escuchar las propuestas de la sociedad civil y celebrar entrevistas publicas, como lo ha hecho en dos ocasiones el presidente Fernandez. ¿Y en materia constitucional? Convocaron una Asamblea Revisora e hicieron un traje a la medida de las aspiraciones reeleccionistas, incluyendo la “compra” de legisladores con los recursos aportados por  Baninter.

En conclusión, fue un mal Gobierno, en donde la estabilidad, la cordura y el rumbo institucional se perdieron antes de las quiebras fraudulentas, y estas simplemente le pusieron la tapa al pomo a una pésima gestión.

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