Hoy 
De enero a la fecha han colapsado en Estados Unidos entidades financieras tan importantes como Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión en ese país; Merril Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac, Columbian Bank & Trust, First Priority Bank (Florida), First National Bank of Nevada (Reno), First Heritage Bank e IndyMac Bancorp (California), First Integrity Bank (Minnesota), ANB Financial (Arkansas), Hume Bank y Douglass National Bank (Missouri). Los efectos iniciales por la quiebra de bancos que han sobrevivido las dos guerras mundiales, como Lehman, han sido una fuerte sacudida en el mercado de valores de todo el mundo, y contracción severa en grandes inversiones y consumo.
La pregunta forzada es cómo afectará este tsunami las economías del mundo, sobre todo aquellas en cuyos PIB tienen primordial influencia las remesas, el turismo, el crédito y las exportaciones al mercado que ahora está en dificultades y ve contraerse su economía. Desde hace algunos meses, funcionarios gubernamentales de nuestro país hablaban de la necesidad de blindar la economía para que, llegado este momento del impacto, pudiera quedar a flote. En honor a la verdad, con un gasto público en aumento y adversidades económicas causadas por fenómenos naturales, entre otros factores, es difícil creer que estemos bien blindados. ¿O alguien puede demostrar que sí lo estamos?
Economía y desarrollo
Según cifras oficiales, en el primer semestre de este año la economía creció 7.5%, poco más que en similar período del 2007. Se espera, según las mismas cifras, que el PIB crezca entre 5 y 5.5% al cierre del año y que la inflación se sitúe entre 11 y 13%. Estos datos denotan una situación de bonanza en el comportamiento de la economía, pero una bonanza con poca o ninguna influencia en el desarrollo.
Lo primero es que el crecimiento económico no está sustentado en renglones como las exportaciones y en el caso de la producción agropecuaria hubo decrecimiento atribuido a causas meteorológicas. Lo segundo es que en materia de desarrollo humano seguimos exhibiendo déficit y en ningún caso el crecimiento de la economía ha provocado mejora en las condiciones de vida de la población. Los índices de pobreza se han acentuado, entre otras cosas por la inflación. Hay que mejorar el balance entre crecimiento y desarrollo.
