¿De qué os quejais o alarmais?

¿De qué os quejais o alarmais?

POR LUIS MANUEL PIANTINI MUNNIGH
En una reunión efectuada el viernes 17 del presente mes, el equipo económico del Gobierno tomó decisiones, en respuestas a las críticas vertidas días antes por la cúpula empresarial, sobre la parálisis de la economía y la falta de liquidez.

El equipo económico informó a la Nación, que la banca contaba con suficiente liquidez, y que la economía seria reactivada con un aumento en los gastos públicos de inversión. Con esta respuesta la cúpula empresarial que fue por lana salió trasquilada.

Veamos; la cúpula empresarial que se había alarmado por el aumento en el monto de los certificados del Banco Central y lo asociaba a una falta de liquidez, aspiraba a que se aflojara la tuerca del Banco Central y no la del Gobierno, para que así bajara la tasa de interés y se expandiera el crédito bancario y el gasto privado, según el criterio empresarial o el de sus asesores, de cómo opera la economía dominicana.

Pero sucede que para aflojar la tuerca del Banco Central, reducir el balance de los certificados y su déficit cuasi fiscal, y preservar el nivel de Reservas Internacionales, sin provocar presiones insostenibles sobre la tasa de cambio para mantener la confianza, el Gobierno tenía que depositar en el Banco Central los excedentes presupuestarios obtenidos en los últimos meses y ahora los va a gastar, así que el Banco Central se verá imposibilitado de aflojar su tuerca.

Pero la cúpula empresarial o sus asesores, estan proyectando una errada visión sobre el papel del Banco Central en su capacidad de reducir las tasas de interés a niveles que hagan rentables los negocios empresariales. Tal y como sucedió a finales de la segunda mitad de la década de los noventas, cuando se orquestó la campaña de la represa financiera.

Las tasas de interés activas reales en esta economía mantuvieron un comportamiento elevado en toda la década de los años noventa, cuando el promedio de la inflación fue de solo un digito, y en la presente década, cuando el resultado anual ha sido superior a un digito y las políticas monetarias se han caracterizado por ser mas expansivas

¿Porque ese comportamiento? Porque hay factores estructurales que empujan las tasas de interés hacia arriba, que no tienen nada que ver con el comportamiento de los agregados monetarios. Todo lo contrario de lo que acontece con la tasa de inflación y la tasa de cambio que si responden rápidamente al comportamiento monetario, por ser esta una economía abierta al exterior en sus flujos de bienes, servicios y capitales.

A mi juicio son varios los factores estructurales, que hasta que no sean eliminados, seguirán afectando negativamente los niveles de las tasas de interés activas de la banca; la existencia de un sistema cambiario que en las tres ultimas décadas ha creado grandes crisis y que ahora se potencializa por el enorme pasivo monetario, es causa de que el factor riesgo de cambio sea compensado por los depositantes demandándole a la banca el pago de primas que se reflejan en los niveles de la tasa pasiva, que eliminen la posibilidad de perdida de capital en sus depósitos, a mayor cercanía de la crisis mayor prima demandada; la existencia de pocas instituciones bancarias hacen que el mercado sea menos competitivo, tal vez operando con niveles de costos mas elevados, y determinándose las tasas y márgenes de intermediación entre el reducido numero de entidades ; las nuevas regulaciones sobre las normas bancarias y prudenciales han hecho mas restrictiva la clasificación de los activos de riesgo de la banca, exigiendo mayores requerimientos de provisiones y de capital a los bancos, aumentando el numero de clientes riesgosos y haciendo que los bancos demanden el pago de mayores tasas activas, mermando los estimulos para otorgar prestamos, por eso los elevados niveles de recursos líquidos sin ser canalizados al crédito; un encaje legal del 20% sobre los depósitos y demás pasivos sujetos al mismo, que agrega algunos puntos adicionales sobre la tasa activa, consecuencia de la enorme liquidez en poder de la banca; y por ultimo, el enorme pasivo monetario del Banco Central que le impone fuertes restricciones al manejo de la política monetaria, y que bajo el presente esquema dicho pasivo solo se podrá controlar y cancelar con una prolongada estabilidad macroeconómica, y con el apoyo anual de recursos fiscales no menores al 2% del PIB.

Esos factores estructurales le imponen un piso elevado al descenso de las tasas de interés activas, no importa la cantidad de dinero que el Banco Central permita en que aumente la base monetaria. Y este elevado piso, con los actuales niveles inflacionarios, convierte en no rentable la toma de crédito por las empresas, a menos que no sean comerciales, que tienen una mayor velocidad de rotación en su flujo de caja, lo que les permite traspasar con mayor facilidad el elevado costo financiero a sus clientes.

Por factores estructurales el Banco Central creò en la década de los sesentas los fondos financieros especializados de FIDE e INFRATUR con recursos blandos externos, permitiendo fondear a bajos costos y largo plazo el desarrollo del sector industrial y del sector turístico. O sea que el problema de las altas tasas financieras reales con reducidos plazos en el financiamiento bancario viene de lejos en nuestra economía, y en esa época se le busco esa solución, lo que para algunos distorsionó en el mercado el verdadero nivel de rentabilidad de las empresas, dificultando su viabilidad económica con la apertura de los mercados.

Las experiencias de los años 1988-89 y 2002-03 son demasiado traumáticas para que las Autoridades Monetarias corran el albur de provocar por actuaciones ingenuas e imprudentes la pérdida de la precaria estabilidad del presente, cuando los altos niveles de las tasas los estan imponiendo factores estructurales que escapan del control de las propias autoridades.

En ambos periodos de años y principalmente en el 2002, la poca voluntad de las autoridades para aplicar instrumentos monetarios, como la colocación de certificados al público, con el fin de desalentar la expansión del crédito bancario frente a una fuerte expansión del gasto del Gobierno, hizo que las reservas se perdieran, la tasa de cambio se disparara, se destruyera la confianza en la capacidad de manejo de las autoridades y se alimentaran las crisis, y las tasas de interés que se querían bajar con tales políticas, al final se habían triplicado.

Despues de eso la historia es harto conocida, y se creò la fábula de que eran políticas destinadas a generar un deslizamiento de la tasa de cambio, y no que éstas fueran producto de la tozudez de admitir, por sus propios padrinos de bautismo, que era necesaria la aplicación de la estigmatizada represa financiera para preservar la estabilidad, la cual comenzó a aplicarse cuando ya era demasiado tarde y se había perdido completamente la confianza en las ejecutorias monetarias.

La llamada represa financiera no es una causa sino una consecuencia de la inconsistencia por parte de todos nuestros gobiernos en el mantenimiento de políticas macroeconómicas estables en un tiempo prolongado, y por enfrentar los problemas solo en la coyuntura. Es una consecuencia de la aplicación de políticas fiscales pros cíclicas y es una consecuencia de la poca confianza que genera el actual sistema de cambio.

O sea, que el uso de la llamada represa financiera en las últimas dos décadas no ha estado bajo el control de las autoridades monetarias. Ésta es el reflejo de las otras políticas públicas o es el reflejo de la descoordinación de las políticas públicas en plazos mayores al corto, donde el Banco Central tiene que aplicar una mayor restricción sobre el gasto privado, en aras del mantenimiento de bajas tasas de inflación, que es su principal objetivo de política, con el fin de compensar sobre el gasto total el efecto del desborde del gasto público, y reforzar la confianza en el comportamiento de un precario sistema cambiario, producto de la debilidad institucional que se refleja en el incumplimiento de los gobiernos, de al menos preservar el poder adquisitivo de la población desde el inicio hasta el final de sus cuatrienios.

El origen del balance de los certificados financieros del Banco Central es una deuda pública que debería de ser cubierta con recursos públicos, pero ni aun los expertos del FMI han logrado diseñar en ninguno de sus tres últimos programas desde el año 2003, un plan de desmonte donde claramente se determinen las fuentes destinadas a ese propósito, excluida la fábula, ante la magnitud de la suma involucrada, de los recursos provenientes de las ventas de activos fijos y menos ahora con la sobre apreciación del peso. Y eso lo saben hasta los chinos de Bonao.

Las crisis financieras de España y de Chile en los años 1979 y 1981 fueron cubiertas por los Bancos Centrales y aun en Chile todavía su Banco Central mantiene pasivos monetarios como consecuencia de la misma. Pero en ambos países las principales fuerzas políticas, en Chile despues de la dictadura, concertaron objetivos económicos de largo plazo, entre ellos el mantenimiento de la disciplina macroeconómica y la apertura del país hacia el exterior, logrando que con la estabilidad, el rápido crecimiento económico y la construcción de la confianza en las políticas públicas, el efecto detonante de los pasivos monetarios se diluyera en el tiempo.

¿Lo anterior es posible en la Republica Dominicana?

¿Somos capaces de entender el detonante que tenemos entre las manos y concertar su solución?

¿Tiene nuestra comunidad política y económica la madurez suficiente de pactar un programa hacia el futuro destinado a buscarle una solución permanente a este problema que preserve y aumente las condiciones de vida de la población dominicana?

¿Nuestros lideres empresariales estan preparados para presentarle al país un programa seriamente diseñado capaz de enfrentar esta situación, que incluyan una reforma fiscal integral no regresiva y de políticas financieramente viables, que mejoren los niveles de competitividad de los sectores productivos nacionales y fortalezcan la institucionalidad del país?

¿Estan nuestros lideres en capacidad y en disposición de buscar sus diseñadores fuera del país si aquí no existieran, y de presentar ese programa al debate nacional?

¿Desconocían ellos despues de su conversación con notables economistas entre ellos el Dr. Víctor Canto, que el mantenimiento del actual sistema de cambio sin buscarle una solución definitiva y de corto plazo al problema del pasivo monetario implicaba mantener una Espada de Damocles sobre el cuello de la estabilidad económica?

¿Y que esta Espada le exigiría mayores políticas restrictivas al Banco Central y más aun si el gobierno no entendía la situación que tenia entre las manos?

¿Se favoreció a cambio el riesgo del status quo y la aplicación de mecanismos coyunturales o no se entendió en ese momento realmente la magnitud del problema y lo difícil de su solución?

¿No apoyaron ellos el programa con el FMI y no se dieron cuenta junto con sus asesores de que un aumento de las Reservas Internacionales del Banco Central, como exige el programa, implicaba una mayor colocación de certificados financieros a menos que el gobierno depositara un monto similar de recursos en las bóvedas del Banco Central?

¿Se discutió esto con los señores del FMI y del Gobierno?

¿Estarían dispuestos a apoyar abiertamente una política del Banco Central destinada a aumentar la emisión monetaria con la liberalización de los certificados, en un momento en que comienza a aumentar el gasto público, que vaya produciendo un deslizamiento en la tasa de cambio que mejore la competitividad de las exportaciones en el corto plazo hasta que maduren las políticas competitivas de mediano y largo plazo, sin que cunda el pánico y ponga en riesgo el acuerdo con el FMI, y a la vez concerten un pacto social donde se comprometan a no alterar los precios de los bienes y servicios comercializados y producidos en el país, ni a que se externen nuevamente los retornados capitales nacionales?

¿Porque la cúpula empresarial ha tardado en propiciar con su decidida participación el logro de una amplia concertación política, social y económica destinada a ejecutar programas de acciones de largo plazo, que mejoren el ambiente macroeconómico y el clima de inversión del país, tomando ellos la iniciativa, ya que serían los primeros agraciados en los premios sorteados por una nueva crisis?

Si estas interrogantes no han tenido respuestas de acciones hasta el presente, teniendo tanto peso la participación de este núcleo social y económico en la vida de la nación, y tomando en cuenta el amplio conocimiento que tienen sobre estos temas, entonces ¿de que os quejáis o alarmáis?

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