¿De qué relanzamiento gubernamental hablamos?

¿De qué relanzamiento gubernamental hablamos?

Sectores PLDistas propugnan por relanzar el gobierno en función de la candidatura del partido, planteamiento contraproducente precisamente ahora cuando el Presidente Fernández está dando notaciones de relanzarlo  en función del interés nacional.

Satisface observar al Presidente Fernández involucrado en detalles de implementación de programas como la sustitución de combustibles hacia el gas natural hasta percatarse de los escollos a superar para presentarlo como solución masiva al elevado costo de nuestro transporte. Se necesitaba internalizar que a pesar de lo pertinente que resulta,  se requieren altas inversiones para convertir vehículos e instalar plantas para utilizar un combustible que está siendo introducido en el mercado mundial a bajo precio sin garantías de sostenerlos cuando se incremente la demanda.

De ahí la necesidad de la más alta comprensión estatal posible en momentos que se tratan de eliminar incentivos instituidos por leyes, asociándolos a exenciones concedidas en función de canonjías y privilegios.

Satisface por igual observar al Presidente  reactivando gabinetes como el de inversión, al encabezar reunión de éste que precursa el funcionamiento de los demás instituidos al iniciar su presente gestión en el 2004.

Estos procederes constituyen señales positivas de preocupaciones presidenciales conducentes a la búsqueda de soluciones viables a problemas nacionales en el corto período de gestión que queda, en medio de grandes problemas, de alivios temporales por el financiamiento recibido que más temprano que tarde se convertirán en endeudamientos gravosos, de mayores dificultades presidenciales para encontrar voluntades que endosen su gestión  y  del alejamiento de acostumbrados al merodeo a las mieles del poder.

Por eso apena y atemoriza voces reclamando el relanzamiento del gobierno en función del interés particular del PLD sin pudor ni rubor sobre lo que esto pueda significar pudiendo, por ejemplo, inducir al despilfarro de recursos públicos en apoyo al candidato en términos de personal, subsidios, publicidad, utilización de equipos y facilidades institucionales; contrario a la austeridad, racionalidad y prudencia con que se debe manejar el Estado en función de los mandatos legales y las aspiraciones de una sociedad que tanto ha luchado por alcanzar una equidad respetuosa del pluralismo político.

El rol más pertinente que debe asumir un mandatario en las condiciones que se encuentra el Presidente Fernández sería el de relanzar su gobierno con la misma actitud de arbitraje que asumió en la contienda interna del PLD y procurar algún género de entendimiento entre las fuerzas que compiten por la conquista del poder para enlazar adecuadamente el período constitucional que termina con el que viene; testimoniando así la continuidad jurídica del Estado largamente aspirada para la perfectibilidad de la democracia dominicana.

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