El presidente Leonel Fernández se lamentó antier de los sectores empresariales o ricos que se roban la electricidad, lo que consideró como una de las principales causas del pésimo servicio que se presta a la ciudadanía. Además, por cualquier barrio aparecen las marañas de alambres de conexiones ilegales lo que da constancia de que muchos pobres también se mantienen conectados irregularmente a las redes eléctricas.
Pero, al final lo que más pesa sobre las finanzas del sistema son los robos de energía de los consumidores grandes que mueven toda clase de aparatos del hogar y hasta maquinarias y defraudan no solo a las distribuidoras, sino al país, que no podría salir del hoyo de las tinieblas mientras los poderosos usen luz sin pagar. Con todo, el gobierno no podría ocultar su responsabilidad en la proliferación de los fraudes. Existía hasta hace poco un cuerpo policial especializado en la detección de irregularidades, pero el gobierno anterior se dedicó a asfixiarlo reteniéndole asignaciones, mientras por el lado de la CDEE de entonces saboteaban sus funciones. La presenta administración recibió el organismo anti-fraude en trance de muerte, casi cadáver y optó, insólitamente, por darle el empujón final hacia la sepultura. Así desapareció el único recurso adecuado para enfrentar a los ricos que roban luz.
Pagando el doble
Los expertos a veces dicen cosas que ayudan al ciudadano común a copceptuarlizar importantes asuntos del diario vivir, como ha ocurrido con el economista Carlos Asilis, quien tuvo a bien señalar antier lo siguiente: el contribuyente dominicano no recibe solamente el peso de «impuestos explícitos» como el Itebis etc, sino también de impuestos ocultos como los que encarecen a los combustibles y la electricidad. Su criterio invita al observador a ir más lejos y a considerar como cargas asociables a lo fiscal los daños financieros que ocasionan al ciudadano ciertas omisiones en que el Estado incurre en sus ejecutorias. Un Estado que no cumple a cabalidad su obligación de proporcionar servicios públicos esenciales en educación y salud, entre otros, provoca una insuficiencia que puede traducirse en gastos adicionales para el presupuesto familiar. La clase media baja, que no tiene formas de evadir al fisco, queda muchas veces fuera de los beneficios que debería recibir del sector público a cambio de sus contribuciones. Si además de pagar impuestos tiene que enviar los niños a colegios privados sentirá que la están golpeando doblemente.
Asegurando los cargos
La administración del Partido de la Liberación Dominicana ( PLD) 2004-2008) cumple su primer año en medio de expectativas sobre la posibilidad de que el Presidente Leonel Fernández disponga cambios en los altos niveles del tren administrativo. Al decir de algunos, el movimiento de fichas es cosa segura y hasta citan nombres y apellidos de quienes serían puestos o removidos. Otros incluso se atreven a afirmar que los resultados de la encuesta HOY-Gallup sobre la popularidad de los miembros del gabinete serían un punto de referencia para suponer quiénes se van y quiénes se quedan. Sin embargo, en este país las cosas del poder no evolucionan tan rápidamente como para creer que ciertas técnicas del pasado han perdido vigencia, como el recurso balagueriano de echar a correr el rumor de que tal o cual secretario de Estado va a ser quitado para que entonces el mandamás opte por dejarlo en el cargo para contradecir a las pitonisas.