Luego de leer el artículo precedente: “Probabilidades y Predicciones”, algunos lectores podrían llegar a la conclusión de que no tiene sentido hacer predicciones probabilísticas sobre los terremotos, pues nunca estaremos seguros de cuándo ocurrirán.

Las predicciones en las ciencias tienen un lugar muy especial, son la base fundamental del planeamiento exitoso pero es necesario saber lo que significan.

Tomemos el caso de la economía de un país, las estadísticas nos muestran una serie de tiempo suficientemente larga en la que el déficit anual de la balanza de pagos crece de año en año, no igual pero su tendencia es a aumentar.

Podemos predecir con confianza que en diez años el déficit seguirá creciendo si no se toman medidas. Sin embargo, un economista puede llegar a la conclusión de que será tres veces mayor, mientras otros dirán cuatro, dos, diez. Es difícil decir quién tendrá razón, ¡quizá una bruja ayude! Pero la ciencia, toma excepción.

De los que sí podemos estar razonablemente seguros y aun así se puede errar, es que si seguimos con las mismas políticas, el déficit en diez años será mayor y el país sufrirá los efectos que vemos ahora en Europa: Grecia, Irlanda, España y posiblemente Portugal e Italia. Esos pronósticos futuristas servirían a políticos gobernantes y de oposición en camino de planear medidas correctivas y evitar a la población males peores. El camino sensato que no siempre se toma.

Supongamos que se requiere diseñar una gran presa, además de las otras variables como son: fundaciones, materiales, etc. El ingeniero se ve ante la interrogante: ¿qué caudal será el mayor que resistirá la presa?

Siendo una presa grande no sería razonable diseñarla para una caudal que ocurra anualmente pues el almacenamiento que se lograría con ese caudal sería mínimo, en consecuencia, la inversión no tendría justificación económica. Entonces, se debe planear la presa para un caudal grande, de manera que el vaso, lago o pantano, lo pueda retener y el exceso, si ocurriera, pueda ser descargado con seguridad por el denominado vertedero de demasía.

En el caso del diseño de la presa para la elección del caudal de diseño, entran en juego muchas variables: Vidas que se ponen en peligro frente a una rotura, devastación del medio ambiente, recuperación de la inversión, etc. Años de análisis y práctica señalan normativas de períodos de recurrencia que usa el ingeniero para planear su diseño, así queda razonablemente seguro de que la presa no sucumbirá pronto. No obstante, la naturaleza nos ha dado ejemplos de presas diseñadas para recurrencias extremas cuyos caudales han fluido el siguiente año, durante la construcción o en un tiempo corto.

Los datos de los censos dominicanos nos permitirían estimar cuál sería la población en el 2020, fecha del próximo censo y hacer los planeamientos nacionales correspondientes. Los estimados serían variables según el demógrafo, no obstante, las proyecciones son útiles porque indican posibles trayectorias que aunque no se cumplan fielmente, constituyen una valiosa herramienta de planeamiento y planeación.

El caso de los terremotos es similar al de estos ejemplos. En el país han ocurrido, ocurren y ocurrirán todo tipo de seísmos, desde los micro hasta los que alcanzan más de 8 grados en la escala Richter. Determinar las probabilidades de ocurrencia o su equivalente período de recurrencia por regiones sobre las que se basen reglamentaciones y normas de diseño adecuadas, son herramientas fundamentales para el planeamiento y cálculo de las estructuras que se construyen. Importa el período de recurrencia de un grado 8 Richter por la frecuencia de ocurrencia pero no quiere decir seguirán fielmente el cumplimiento de ese período.

El ejemplo de Alex, es aleccionador, porque no haya conectado de “hit” en 15 turnos, teniendo una probabilidad de 33.3%, es decir, una recurrencia de un “hit” cada tres turnos,  no quiere decir que la 16, 17, 18 vez al bate, pegará uno.

Las probabilidades no son confiables para predecir eventos en el tiempo.