Para regresar a la escuela son muchos los trámites, compras y preparativos que hacer, los padres se preparan dentro de sus posibilidades: aprovechan las ofertas del mercado, consiguen libros, cuadernos, uniformes, loncheras, mochilas, en fin, un arsenal de cosas que aseguran que niños, jóvenes y adolescentes lleguen a su centro educativo con lo necesario para sus asignaciones.
Dentro de estos preparativos también se considera la estrategia a seguir para encajar en el código de vestimenta de la escuela o colegio, se cortan aquellos cabellos que se dejaron largos en vacaciones (en caso de los varones), se quitan las trenzas que se hicieron para ir donde la abuela en el campo o en la playa y así poco a poco vamos “limpiando” a nuestros jóvenes para que lleguen con una imagen adecuada.
Dentro de este paquete de vuelta a clases se me ocurre que también debemos de ir preparando a nuestros hijos para sentirse seguros con su imagen y con lo que son.
En las aulas frecuentemente muchas chicas y chicos son víctimas de “bullying” simplemente por ser diferentes, específicamente por llevar su cabello diferente al de los demás.
La solución para muchos profesores es sugerir a la madre alisar el cabello y en el caso de los chicos cortar muy bajito para no crear ruido y encajar un poco más con el resto de la clase.
Comencemos por enseñarles a cuidar de su cabello, a encontrar su belleza y de esta manera les será mucho más fácil desenvolverse en el día a día.
A las más pequeñas que aún no están en edad de hacerse responsables de su peinado diario, podemos enseñarles a apreciar la belleza de la diversidad, de esta forma crecerán entendiendo que cada cabello es hermoso sin importar su textura, aceptarán el suyo y elogiarán la belleza del cabello ajeno en vez de menospreciar o atacar.
Es un trabajo que conlleva tiempo y dedicación, pero que nuestros hijos e hijas agradecerán en un futuro no muy lejano.