De regreso a la recesión

De regreso a la recesión

Dos misiles peligrosos amenazan la estabilidad macroeconómica, el aumento de los combustibles y el déficit del presupuesto público, el primero importado y el segundo causado por la mala gestión pública.

A diferencia de lo que sucedió en Egipto, la guerra civil en Libia ha disparado la cotización del Brent, West Texas Intermediate y de los derivados, a pesar de que su oferta diaria no llega a 1.5 por ciento de los aportes que hace la OPEP al consumo mundial diario.

Tiene una explicación real, la producción de Libia va diariamente a Italia y a otros países europeos. Su ausencia afecta la producción y los precios en las economías de Europa, pero la principal razón es especulativa. En el subsuelo, el país del norte de África almacena la segunda reserva mundial de crudo, temiendo las bolsas de productos que eventualmente sea controlada por grupos tribales. Un escenario indeseado que lamentablemente se supera con medidas restrictivas, para preservar la estabilidad de los precios habrá que pagar un costo recesivo.

El Gobierno tiene que someterse a un estricto plan de austeridad. Solo así el FMI aprobaría un aumento del subsidio a la electricidad para reflejar el nivel de los combustibles.

Poca posibilidad de éxito tendrán los intentos de sorprender al Organismo Internacional, pidiendo nuevas concesiones y dispensas, después de haber incumplido casi todas las metas del programa a diciembre pasado, la del déficit fiscal, por ejemplo, en lugar de RD$47,300 millones, el desbalance de caja fue de RD$66 mil millones y de RD$82 mil millones el consolidado que incluye los atrasos.

El exceso de gastos del Gobierno, combinado con el hecho de que la tasa de interés real pasiva fue negativa en el 2010 y sigue siéndolo, es decir, en el país no hay incentivo para ahorrar, lo que paga la banca es inferior a la inflación, ha provocado  un exceso de demanda de divisas para cumplir compromisos en el exterior y para repatriación de capitales.

Cambiar la tendencia ascendente de la tasa de cambio requiere que el Banco Central aplique un programa recesivo. Lo inició vendiendo certificados por cinco mil millones de pesos, lo que logrará posiblemente con un aumento del tipo de interés. El desahorro del Gobierno no solo ha deteriorado el déficit de la cuenta corriente, porque cada año gastamos más en importaciones de los que otros países gastan comprándonos, sino que está afectando la economía privada con la reducción del circulante.

Debido al creciente déficit externo, somos deudores netos, la diferencia la pagamos con acciones (el caso Refidomsa), bonos soberanos, bienes raíces y otros activos, entregando al exterior nuestra soberanía y los dominicanos perdiendo puestos de trabajo, porque negocios de diferentes tamaños cierran o reducen sus actividades por la competencia desigual de las importaciones.

Es necesario compensar la pérdida de producción y empleo de las políticas recesivas, con incentivos inteligentes a las exportaciones y sustitución de importaciones de bienes, para crear puestos de trabajo productivos, eliminando o reduciendo en el mediano plazo el enorme déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos.

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