De Roosevelt a Obama

De Roosevelt a Obama

Franklyn Delano Roosevelt es en la historia política de los Estados Unidos, el único ciudadano que ha ocupado cuatro veces la Presidencia de esa nación, de 1933 a 1945, año este último en que murió durante su cuarto mandato, siendo sustituido por el Vice-Presidente Harry Truman.

Pero Roosevelt tiene, además, la particularidad de que el período de sus mandatos fue escenario de dos de los más grandes acontecimientos de trascendencia universal en el siglo XX, como fueron la Gran Depresión de los años 30 y la Segunda Guerra Mundial.

Nacido el 30 de enero de 1882 en New York, Roosevelt enfermó de poliomielitis en 1921, lo que le ocasionó la parálisis de sus miembros inferiores, no siendo esto, sin embargo, obstáculo para su exitosa carrera política.

El New Deal, conocido en español como Nuevo Trato o Nuevo Reparto de Cartas, fue la esencia de la política económica puesta en vigencia por el Presidente Roosevelt de 1933 a 1937 para enfrentar las secuelas de la gran crisis del sistema financiero que afectó la economía mundial de  1929 en adelante. 

La intervención del Estado como regulador del sistema financiero impulsó la nueva política económica del modelo Roosevelt, estimulando el consumo y la inversión, fijando nuevos controles estatales, facilitando créditos y promoviendo la reducción de las tasas de interés, entre otras iniciativas.

Ahora, en los inicios del siglo XXI, sumergido el mundo capitalista en la que se vislumbra será peor crisis financiera que la del 1929, Barack Obama, demócrata al igual que Roosevelt, se instalará el 20 de enero como el 44 Presidente de Estados Unidos.

Al igual que Roosevelt, tres cuartos de siglo más tarde, Obama afrontará además de la Gran Depresión del sistema financiero mundial, conflictos bélicos de enorme repercusión como la guerra de Irak.

Tiene a su favor Obama, sin embargo, la convicción en su país y en el resto del mundo de que la guerra de Irak es un heredado compromiso político, cuya finalización constituye parte del paquete de expectativas creadas en torno a la aplicación de su política exterior.

La gran depresión que azota al mundo sin dudas es el más comprometedor reto que tiene por delante a partir de la inauguración de su gobierno Barack Obama. Pero puede constituirse también en la gran oportunidad que le permitirá al futuro Presidente sentar otro hito histórico.

La aplicación de medidas proyectadas sino a solucionar, por lo menos a disminuir, los efectos más sensibles de la crisis financiera y económica de los Estados Unidos y consecuentemente del sistema capitalista universal y el envío de señales de terminación de la guerra de Irak, son las mayores esperanzas que el mundo tiene del gobierno de Obama.

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