De señal a señal
Nostalgiando con el grupo Cinco en clave

<STRONG>De señal a señal</STRONG> <BR>Nostalgiando con el grupo Cinco en clave

La zona colonial es el espacio ideal de los amigos artistas, bohemios y diletantes que los fines de semana salen a encontrarse con el pasado y con el presente. Las rutas habituales son La Cafetera de la calle El Conde, el bar Colón en el Parque Colón, frente a la bellísima Catedral Primada de América, -conocido como el Palacio de la Esquizofrenia-Plaza de España, y cada espacio tiene sus horarios y habitues que de acuerdo a la edad se desplazan por los mismos.

Para los adultos contemporáneos, el mediodía del Mesón de Bari y en las noche el famoso bar, boite o piano-bar “El Sartén, cuyo ambiente nos recuerda el Baitoa de los años 60, que estuvo ubicado en El Conde, entre Duarte y 19 de marzo, donde Enriquillo Sánchez nos hacía gozar tocando “El guardia con el tolete”, entre sus muchas interpretaciones.

Todos estos espacios, ah! me olvidaba de “El Taquito” de la Arzobispo Nouel, nos llegan a la memoria, con un nuevo movimiento grupal que discurre entre la historia y la modernidad, abriendo un espacio para la cultura popular en la zona colonial.  Se trata del Grupo Cinco en Clave (5 n Klv), que nace inspirado en el movimiento de La Fania All Star, que surgió en las diásporas puertorriqueña, panameña y dominicana en Nueva York, en los años 70, y cuya música y polirítmica se crió escuchando a Michael Curiel. Este joven tiene pasión por el son, el merengue y la salsa, heredada probablemente de sus abuelos, tíos y de su padre Johnny Curiel. 

Definitivamente, después de Villa Mella, el lugar de mayor tradición sonera de la ciudad de Santo Domingo es la zona colonial, y aquí ha surgido el grupo musical cuyo principal objetivo es trabajar y experimentar con diversos ritmos y géneros musicales afro-antillanos. Este grupo tiene una estructura básicamente de quinteto (aunque se han incorporado nuevos instrumentos para brindar una mejor sonoridad). Está conformado por veteranos y experimentados músicos tanto en la parte armónica como en la sección rítmica y percusiva, que sin dudas, reciben los más diversos elogios de bailadores y conocedores de la música.

“5 en klv” trabaja y asume con bastante cadencia y sabor tanto el merengue dominicano, el bolero latinoamericano, la plena boricua y la salsa neoyorquina, aunque ellos se definen como un grupo primordialmente “sonero” que se desenvuelve con mucha eficiencia en ese género.

En muchas de sus actuaciones resalta la integración  de todas las generaciones de los  quince años hacia arriba, y hemos  visto  en el parque  Pellerano cómo  vienen  jóvenes de veinte  años  a copiarse con mayores de 70 y más,  para  aprender  el movimiento  y estilo del son, respondiendo  así  a la función  que en todos  los países del mundo tienen los  parques y plazas con músicos: enseñar a bailar… e integrar  a la población  del barrio. .

Aquí, con  “5 en  klv”, se observa una  atracción  para los turistas que se acercan y participan, tanto los que bajan de los cruceros, como los que son huéspedes de los hoteles y hostales cercanos, quienes los sábados  vienen a visitar los monumentos históricos  y se detienen un  buen rato a tomar fotografías del folclórico ambiente, a escuchar e intentar algunos  pasos con los aficionados del  son, siempre  dispuestos  a transmitir sus habilidades coreográficas.

Todo esto significa un buen ejercicio lúdico que tanta falta hace en muchos rincones de la ciudad, y que debería tener un apoyo de las autoridades locales, como el Ayuntamiento, y los ministerios de Cultura y Turismo. Aunque, gracias a que Patrimonio Monumental y el Ayuntamiento del Distrito Nacional conceden los permisos se pueden realizar estas actividades.

A los franceses y canadienses en particular, parece  que les  encanta el son, y aquellos que pensaban que era de exclusividad cubana, se van,  como expresó un turista  galo, ”sorprendido y maravillado  porque hay son en Santo Domingo”…

Otros  que están alojados en Juan Dolio y Boca Chica , ya tomaron cita para el próximo sábado y se informaron con sus guías de cómo llegar a la capital, punto que nos parece  fundamental en la política necesaria  de una cultura urbana que atraiga  al turista hacia la Ciudad  Primada de América.

Con una cuidadosa selección musical, pensando siempre en el exigente auditorio en el que se presentan, el grupo que desde ya puede catalogarse como la revelación sonera del 2009, ofrece un agradable repertorio de temas que han calado en la cima de la música popular latinoamericana, así como otros de su propia inspiración que cumplen con la doble intención que persigue su director, de hacer música que pueda ser tanto para la cabeza como para los pies, tanto para jóvenes o adultos contemporáneos como para los abuelos y abuelas que tanto gustan de bailarlo.

Bajo el lema de que «Sin clave no hay son» el Grupo Cinco en Clave se presenta todos los jueves en El Bar El Sartén, en la calle Hostos # 153 de la zona colonial, y actualmente está inmerso tanto en un proyecto de índole cultural, que envuelve presentaciones gratuitas en los diferentes parques públicos de la zona colonial para el disfrute y entretenimiento de toda la familia, los sábados en la tarde se presentan en la Plaza Pellerano o el parquecito de Lord Byron, de la calle Isabel la Católica con Arzobispo Portes.  Allí confluyen los amantes del género, los poetas, artistas y la propia vecindad a disfrutar sanamente “bailando el son”. También, se disfruta de los cantantes del grupo, en especial de la periodista Ivonne Ferreras, con sus temas que nos hacen evocar a Toña la Negra, María Luisa Landín, Blanca Rosa Gil, Carmen Delia Dipiní, la Guillot, la Lupe y otras divas de los 50-60. Otro de los intérpretes es el Gran Guinguín, mejor conocido como el “Príncipe de Villa Juana”, que nos evoca desde el Bárbaro del ritmo, el mejor: Benny Moré hasta el Julito Deschamp o Felipe Pirela. Estos hacen sus interpretaciones junto al reparto musical de: Juancitón: Tres y Coro; Rafael Jáquez :  Bajo y Dirección Musical;  Hipólito Payano (Ñiño):  Percusión; Iván Castro: Flauta;  Ignacio Rodríguez : Trompeta; Tony Núñez : Voz, Clave, Güira y Maracas y la de Michael Curiel  : Director, Voz Líder, Clave y Maracas.

Esta es una costumbre que se ha convertido en la diversión de los sábados en la tarde, a partir de las 4, cuando comienza a confluir la gente a la Plaza Pellerano, en el corazón de la zona colonial. El espacio se llena de música. Resuenan la percusión, la clave, las guitarras y comienza un encuentro de cultura popular, en el que el son y el merengue, el bolero-son, y hasta uno que otro danzón, son parte integral del Grupo.

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