De sentencias, vientos, paleros y garrote

De sentencias, vientos, paleros y garrote

Nuestra nación se encuentra expuesta a sacudidas provocadas por sentencias y vientos serpenteados por la “comunidad” financiera internacional para proporcionarnos golpes peores que los suministrados por los seguidores del expresidente Fernández el pasado miércoles mientras charlaba con empresarios que lo pretenden restablecer como gobernante en agradecimiento al restablecimiento oligárquico que éste facilitara.

Más allá de lo legal, la sentencia de la CIDH es injusta e incorrecta, por su retroactividad e intenciones de estremecer nuestro andamiaje institucional después que nos inculcaran, durante años, el Estado de derecho que conlleva sometimiento al marco jurídico y separación de poderes. No en vano provocó reacción de nuestro Tribunal Constitucional con otra sentencia repulsada por sentenciadores originales.

Simultáneamente a esta guerra de sentencias, el jefe de misión dominicana del FMI advertía que para “enfrentar los vientos de incertidumbres” que penden sobre nuestra economía, con efectos tan perjudiciales como los vientos que el expresidente Fernández auto-percibe favorables a él, era necesario “eliminar el déficit del sector público… en un período de tres años” propósito no contribuido en el presupuesto 2015 por prever consumir en gastos corrientes la totalidad de recaudaciones; obligando a financiar inversiones para satisfacer necesidades sociales y mejorar infraestructura productiva, y amortizar deudas, con nuevos endeudamientos que incrementarán la insostenibilidad presente.

Salvo que el Gobierno, como coletazo de esta fiscalidad deficitaria, renuncie a sus intenciones de encarar nuestras urgencias socio-económicas; solo podrá atenderlas recurriendo a recursos externos. Pero estos pueden limitarse por los vientos de incertidumbre pronosticados por el FMI, regido por potencias dominantes, interrelacionadas entre sí y con inversionistas privados, que inciden en la CIDH, organismo de la OEA, definida por el castro-cubanismo como ministerio de colonias de EEUU.

Todo ello pudiera traducirse en condicionamientos financieros que golpeen la dominicanidad más duramente que los golpes proporcionados por los paleros que circundaron el lujoso establecimiento donde se dieron cita el expresidente Fernández y su corte exclusiva de costosísimos comensales.

Si esta contingencia llegare a presentarse, los dominicanos sufriríamos una nueva versión de la diplomacia del garrote propiciada por Teodoro Roosevelt, quien siendo vicepresidente de los EEUU alcanzó la presidencia al ser asesinado el presidente McKinley en 1901.

Un garrote que abriría nuevos frentes de conflictos adicionales a la advertida insostenibilidad de nuestra economía: Repercutiría en la naturaleza de nuestro sistema político que con sus imperfecciones, está brindando casi medio siglo de una atractiva democracia ininterrumpida y acrecentaría la reconocida degradación social, ambiental e institucional dominicana hasta equipararnos con la nación originaria de presiones migratorias.

Entonces, la presión migratoria ya no provendría de Haití hacia Dominicana; sino la ejercerían 20 millones de isleños hacia otras latitudes.

 

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