De sintaxis, concordancias, silepsis y solecismo

De sintaxis, concordancias, silepsis y solecismo

Ingreso a un centro de digitación con el objetivo de entregar un manuscrito para fines de pasarlo en computadora y enviarlo en forma de artículo al periódico HOY, como colaboración semanal.

El local está lleno de personas. La mayoría estudiantes universitarios. Pero hay una buena convergencia: profesores, periodistas, comerciantes, empleados, abogados y un entrar y salir de venduteros de las más variadas mercancías.

Procuro entretenerme mientras llega mi turno, y me tropiezo con un breve mensaje de lo más divertido:

No somos responsable( ) a memorias dañada( ) y/o infectada( ) con virus.

Caramba, pensé, y ¿dónde me he metido?

Más de una vez leí esa advertencia. Y la volvía a leer. Caramba, me dije más de una vez: “Más de sesenta años amancebado con la gramática en aulas, podios, tertulias, artículos de prensa etc., y apenas ahora caigo en cuenta de que concordancia, sintaxis, silepsis, solecismos son cosas directamente contrarias a lo que hube de asimilar y que pretendí transmitir como fórmula correcta del buen decir y de las buenas letras.

Hablé largamente de /concordancia/: del latín concordancia; ingresa temprano en el español, y significa “conformidad de accidentes entre dos o más palabras variables, en género y número, menos el verbo, cuyo ajuste se produce con el sujeto en número y persona”: No /somos/ responsable( ), que contiene predicado nominal, mientras el cartelito en la sala de tareas omite la /s/ final del adjetivo responsable(s).

De igual manera se desenvuelve en el resto de la literatura de advertencias a los usuarios del centro:

…a memorias dañada(s).

Igual caso, gramática y sintaxis que dijimos alguna vez que trataban: a) gramática, ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus “combinaciones”; b) sintaxis: parte de la gramática que enseña a coordinar y unir las palabras para formar las oraciones y expresar conceptos; c) sintagma: grupo o conjunto de palabras o elementos relacionados entre sí, que se suceden en la cadena hablada; d) silepsis: es una figura de construcción que quebranta las leyes de la concordancia en el género o en el número de las palabras. Ejemplos: Los Mina(s); La mayoría (que es singular) cometen (que es plural), el mismo error; Vuestra Majestad (que es femenino) es muy justo que es (masculino), y e) solecismo: falta de sintaxis; error cometido contra la norma de algún idioma.

El breve material arrastra una serie de construcciones que me obligan a repensar todo cuanto he manejado desde mis inicios en las aulas, si estuve en lo cierto. ¿Anduve descaminado?

La mayoría de estas significaciones provienen del latín generadas de la lengua griega, y en su esencia, tratan de enlace y coordinación. Se encuentran desde el siglo XV hasta nuestros días.

No procede que tratemos el término virus de uso permanente en medicina e informática, trasladada exactamente del latín con la /s/ final, con etimología de zumo, ponzoña. Y en nuestro empleo no hay lugar a variación de número singular a plural porque la terminación es indiferente.

Hubo una ciudad en Silicia, llamada Soli, donde se hablaba muy mal el griego. De ahí proviene el denominado solecismo. ¿Proviene mi dilatada ascendencia de aquella comarca? Tendré que genealogizarme o, digamos, revisarme a fondo.

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