De Taiwán a China. Reflexiones, 1

De Taiwán a China. Reflexiones, 1

El Honor de Leon Roch.
Tiene el filo de una espada
la dureza de una fortaleza
los cimientos profundos de la tierra.
Con él se vence a los contrarios,
Que se revisten con la piel de una bestia.
Se ondea como una dorada espiga,
Prometiéndole al sol su canto de esperanza
Su voz erupciona más que un volcán.
Su luz es cegadora y disipa las tinieblas. (fragmento)

Escribo este Encuentro la noche en que escuché la ruptura de las relaciones diplomáticas con la República China de Taiwán para iniciar relaciones con la China continental. No niego que lo esperaba. No me sorprendió. Es una decisión que impuso el curso de los tiempos y el lugar y el papel que la gran China juega en el mundo actual. Su crecimiento sostenido en el mundo en el marco del mercado competitivo capitalista, a pesar de mantener un régimen supuestamente comunista, tiene en vilo a las potencias occidentales tradicionales.
Pero antes de hablar del decisivo paso tomado por el Gobierno dominicano, aprovecharé el encuentro de este sábado para hacer un recuento histórico. ¿Por qué se produjo esa reacción tan violenta del Gobierno de la República China de Taiwán? ¿Por qué la China continental está acorralando a la pequeña nación de Formosa? Para entender ese drama entre las dos repúblicas autoproclamadas Chinas hay que retrotraerse a la historia.
Hace justo un poco más de un año escribí una serie que titulé “El Fin de la Historia” en el que en uno de los artículos hacía una referencia a ese momento de la historia del pueblo chino. Transcribo algunas ideas que expuse en aquella ocasión que nos permitirán una mejor ubicación histórica del tema.
La guerra chino–japonesa (1937-1941) primero, y la guerra civil que había comenzado en 1927, pero que se recrudeció cuando lograron sacar a Japón del continente, expulsó más migrantes chinos que zarpaban desesperados por el mar. La guerra civil se inició cuando florecieron las diferencias entre el Kuomintag, o Partido Nacionalista Chino y el Partido Comunista Chino. Se inició cuando la Expedición del Norte dirigida por Chiang Kai-shek, marcó sus diferencias con los comunistas. La guerra acabó en 1950 con el cese de las hostilidades, a pesar de que no hubo ningún acuerdo implícito entre los dos bandos. China continental quedó bajo control de los comunistas. Se proclamó el nuevo régimen de la República Popular China. Los nacionalistas se quedaron con los territorios insulares de Taiwán, Pescadores y varias islas costeras de la provincia de Fujian. Su líder Chiang Kai Shek, proclamó la República de China de Taiwán.
Mientras en el territorio continental se expandía el régimen comunista, en las diminutas islas se inició un nuevo régimen basado en el trabajo asalariado y la economía de mercado. El primero se basaba en la dictadura, el sometimiento de los adversarios y la primacía del Partido Comunista. El segundo comenzó a crear una nueva nación que buscó sus aliados en los colosos occidentales.
El Partido Comunista Chino decidió unificar ideológicamente al pueblo, para lo cual creó la llamada “Gran Revolución Cultural”, que duró entre 1966 y 1976. Fue concebida y dirigida por los intelectuales y líderes del partido. Decidieron hacer la purga a los partidarios del partido que según los maoístas habían “traicionado a la revolución”, entre ellos Liu Shaoqi, Peng Zhen y Deng Xiaoping. El líder de la revolución Mao Zedong, apoyado por los dirigentes (los llamados Banda de los Cuatro) organizó una supuesta campaña para desacreditar el ala derecha y llamada pro capitalista, que se apoyó en los estudiantes de las Guardias Rojas. Recorrieron de norte a sur y este y oeste la inmensa China. De ahí nacieron los llamados “Comités Populares”, que no eran más que organismos locales de inteligencia. El resultado fue una estela de muerte y desolación.
Con la Revolución Cultural, Mao Zedong obtuvo el poder político. Terminó con el IX Congreso del Partido Comunista de China en abril de 1969, pero en la práctica perduró hasta la muerte del líder rojo en 1976. En ese proceso, mientras terminaba el período de Mao, hubo indicios de apertura con la histórica visita de Henry Kissinger a China en 1971. Con la muerte del líder, y la vuelta al poder de Deng Xiaoping, se produjeron nuevas señales de apertura. En 1979, Jimmy Carter fue a China, y desde ese momento la economía del país asiático comenzó a dar señales de cambios.
Así, como ocurría en Europa, en los años 80 se comenzaron a dar señales de cambio en China continental. Deng Xiaoping, Hu Yaobang y el primer ministro Zhao Ziyang debían asumir el gran reto de la reforma económica, que implicaba la apertura hacia la inversión extranjera, la introducción del trabajo asalariado y la posibilidad de que los chinos pudieran desarrollar sus propias empresas, que se denominó como “sistema de responsabilidad». A partir de entonces, los campesinos pudieron crear sus cooperativas y alcanzar una cuota de producción. La producción en exceso de la cuota quedaba a disposición de los campesinos, que podían venderla en el mercado libre. Con este nuevo sistema se impulsó la agricultura, mejorando los niveles de vida de la población del campo. Algo parecido se introdujo en la ciudad y las empresas industriales que fue denominado «sistema de responsabilidad industrial». El llamado sistema de responsabilidad, unos años después, a mediados de los 80, fue transformado en un simple «impuesto sobre la renta». Se imponía un nuevo modelo de desarrollo que rompía con el impuesto durante la revolución comunista.
Un grave problema que ha tenido China es el crecimiento acelerado de la población. Según las cifras oficiales, en China continental en 1981 había 1.008.175.288 habitantes. Ante esta tasa insospechada e increíble de natalidad, no podía haber crecimiento económico asegurado. Se tomó la medida del hijo único. Las parejas no podían tener más de un hijo, con la excepción del campo que se permitía un segundo hijo si el primero era una niña.
Así, a finales de los años 80, China logró las más altas cuotas de crecimiento económico y político. A diferencia de los países de la órbita soviética, en China no hubo ruptura, sino adecuación del control político del Partido Comunista, pero su predominio no fue un camino de rosas. Tuvieron que sortear muchas protestas. En 1989 se produjeron las protestas de los estudiantes en la simbólica plaza de Tiananmen. Ese mismo año, que en el calendario chino era el de la serpiente, trajo nuevas expresiones de descontento. El famoso disidente político, el astrofísico Fang Lizhi, con el respaldo expreso de 90 intelectuales, envió una carta a Deng Xiaoping en la que reclamaba la liberación de disidentes políticos. Como ocurría en China, las protestas tuvieron un alto costo. Se calcula que murieron más de 3,000 personas. Las protestas se extendieron por todo el país. El mundo condenó a China con el aislamiento. Pero el espacio se agotó.

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