De Tarzán a Obama, con cariño

De Tarzán a Obama, con cariño

Rafael Acevedo

-1de 2-
Mi padre contaba sobre un concurso en una radioemisora alemana, que premiaría a quien dijera cuál era la cosa más bella del mundo, y ganó alguien que escribió: “Los ojos de mi madre”. No había discusión posible, pues como decía Bécquer: (…) lo más bello es aquello que se ama…
Estoy seguro de que Tarzán nunca dudó que lo más bello era el rostro de la mona que lo crió. Porque se amaban y ambos podían leer ese amor en sus respectivos gestos.
Uno de los problemas de comunicación entre las razas, consiste en que no suele ser fácil decodificar el lenguaje facial cuando hay de por medio rasgos, colores, gestos, culturas y actitudes diferentes. Similarmente, las clases sociales, los grupos de edad, y gentes de diferentes comunidades y etnias, poseen gestos y señales que producen “ruidos” en su comunicación con otros grupos, aunque hablen la misma lengua materna.
Postulo la hipótesis de que el éxito de Obama se debe, en parte, a que no es visto como un negro afroamericano por muchos estadounidenses blancos; no tanto porque sea un mulato, sino porque sus gesticulación es de blancos, obtenida de su abuela o madre de crianza y de los demás blancos con que se crió; y nunca se consideró a sí mismo culturalmente negro (de ningún tipo). Algo similar sucede con gran parte de los negros y mulatos dominicanos de clase media hacia arriba, y también con muchos de clase popular: somos, en buena medida, culturalmente blancos.
Segunda hipótesis: El color negro no devuelve la luz de la misma forma que el color blanco, como explica la teoría de la reflexión de la luz. La gesticulación de las personas, su lenguaje facial, está influenciado (entre otras variables) por la forma cómo los músculos de la cara (y del cuerpo) devuelven la luz al interlocutor que ha de interpretarlos y reaccionar respecto de ellos.
Las personas de todos los lugares y razas de la tierra, tenemos patrones de gesticulación, de lenguaje facial y corporal culturalmente condicionados. Y tenemos internalizados sistemas automáticos y reflejos de respuestas a esos “significados”. Se trata de una respuesta mucho más primaria que los mecanismos de defensa. No es cuestión tan simple (e irresponsable) como decir que se trata tan solo de prejuicios raciales. A menos que el término “prejuicio” se use laxamente como equivalente a: “actitudes acumuladas en el inconsciente respecto a determinados estímulos exteriores”.
Obama creció en escuelas y ambientes de blancos; por ello se conduce con naturalidad y responde con gestos similares a los de sus interlocutores blancos; careciendo de emociones reprimidas y mal manejadas que producirían gestos sospechosos y ruidos de comunicación. (Tan blanco y del establishment es, o se siente Obama, que hizo algo tan atrevido para un afroamericano, como promover el matrimonio homosexual en Estados Unidos y otros países de tradición cristiana conservadora).
Porque Tarzán amaba a Chita, podía meterse en un pleito entre simios “a puros rabazos y arañazos”, sin que recibiera más golpes que otro mono cualquiera. (Continúa).

Publicaciones Relacionadas

Más leídas