Las esculturas de bronce del artista colombiano Fernando Botero, fallecido a los 91 años el pasado viernes, 15 de septiembre, son inconfundibles. Mujeres, niños, hombres, animales, todos en bronce y con sus características figuras voluptuosas, adornan las plazas y museos de varias ciudades en Latinoamérica y otras partes del mundo.
Naturalmente, Colombia tiene la mayoría de las esculturas de Botero adornando espacios públicos en su país natal. La plaza Botero de Medellín tiene 23 de sus esculturas. Especialmente, destacando su ‘Pájaro herido’, su respuesta a la destrucción al Pájaro de la paz que instaló en la Plaza San Antonio de la capital antioqueña durante un atentado en 1995.
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En Bogotá hay varios puntos de la ciudad donde se pueden apreciar sus esculturas, incluyendo el ‘Hombre a caballo’, que da la bienvenida al Parque del Renacimiento, o las figuras que se exhiben en el Museo Botero, dedicado a la obra del maestro en la capital del país. Otros puntos de Colombia que tienen sus esculturas incluyen el Parque San Pío, de Bucaramanga y la Plaza de Santo Domingo de Cartagena.
El nombre y la obra de Botero han trascendido el círculo de los seguidores del arte para ser reconocidos por la población general que con facilidad identifica sus “gordas”.