De viejos mañosos, tramposos y negociantes

De viejos mañosos, tramposos y negociantes

Reconociendo que la ancianidad lleva consigo mañoserías, resulta inexplicable que un político la haya zaherido en un reciente acto de “juventudes” encabezados por septuagenarios y protagonizados por adultos, según se consigna en http://www.listindiario.com/puntos-de-vista/2015/2/3/354859/Viejos-manosos-del-PRSC, Y peor aún: Que la haya asociado a tramposerías y negociantes que pudiera interpretarse como un “Mecanismo de defensa del Yo” -sistematizado por Anna Freud, hija del padre de la siquiatría Sigmund – uno de los cuales constituye la proyección, definida como “colocar en el otro lo que en realidad es propio”.

Son muchos los aportes que pueden efectuar la ancianidad, siendo el PRSC evidencia fehaciente de ello en sus aportes al país. Balaguer, ciertamente cargado de mañoserías, reunificó la familia dominicana, disciplinó finanzas públicas, transformó nuestra socio-economía e inició el ciclo democrático que se encamina al medio siglo. Otro anciano, Prof. Bosch, cuyos arrebatos es de todos conocidos, contribuyó enormemente a diagnosticar nuestra realidad social y a dirigir adecuadamente el accionar político en 1962. Ambos concertaron decisiones conjuntas en beneficio de la dominicanidad.

El aporte de la ancianidad se ha observado en todas las latitudes del mundo. Nelson Mandela, derribador de las barreras raciales en Sudáfrica, alcanzó la presidencia a los 76 años y todavía a los 94 años orientaba a su pueblo, que lo veneraba. Mahatma Gandhi, asesinado a los 79, vivía rodeado de hindúes que acudían a acompañarlo en sus plegarias y recabar sus amonestaciones.

En nuestros lares, y vivos, disponemos de suficientes muestras de aportaciones beneficiosas de la ancianidad. Pepe Mujica presidente recién saliente de Uruguay es octogenario y acaba de testimoniarnos y legarnos su perseverancia en el sueño de la imprescindible utopía revolucionaria que debe derribar el terrible péndulo populista y especulativo que amenaza el mundo contemporáneo. Fidel Castro, casi nonagenario, sigue siendo un referente revolucionario. Alan Greenspan, también casi nonagenario es considerado como una de las personalidades más influyentes del mundo.

Y para coronar, el Papa Francisco, casi octogenario, remueve cimientos de una iglesia anquilosada en su nebuloso pasado, recurriendo al perfeccionamiento Jesuita y a la pobreza de Asís.

No en vano las Escrituras e Historia Sagrada están repletas de admoniciones exaltadoras de ancianidad.

Job enseña: “En los ancianos está la ciencia y en la larga edad la inteligencia”. (12:12)

Proverbios aconseja “coronar de honra la vejez”. (16:31)

Levítico ordena reverenciarla: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano”. (19:32)

Y el cuasi eterno Rey David clamó por seguir aportando “En la vejez y las canas…hasta que anuncie tu poder a la posteridad,…”. (71:18)

No entendemos cómo un político, por demás inscrito en organización socialcristiana, haya podido denostar la ancianidad.

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