FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Con una prisa inaudita, el gobierno ha emprendido la construcción simultánea del tren ligero a Villa Mella y del metro soterrado de la Gómez a la Feria, dejando a todos sorprendidos por esa forma tan hábil de irse por encima de la oposición a tan trascendental proyecto. Y para que nadie pudiera detenerlos con ataques de la opinión pública, han comenzado a abrir hoyos por doquier, como ocurre en la esquina noreste del Centro Olímpico, donde enormes maquinarias topadoras avanzan hacia el centro de la Tierra de forma insaciable e incansable.
Ya se levantan las enormes columnas centrales para soportar la estructura que recibirá los rieles para el tren ligero a Villa Mella. Por la velocidad de los trabajos, no sería extraño que para finales del 2006 ya se podría disfrutar de un traslado cómodo y moderno, desde la Jacobo Majluta hasta la antigua cementera, y hacer el trasbordo de los pasajeros para dirigirse hacia el centro de la ciudad y otros centros de trabajo.
Las excavaciones avanzan desde la cementera hacia el sur con la función primordial de reubicar toda clase de tuberías, para lo que se abren grandes excavaciones, dislocando la actividad en la Máximo Gómez y en donde serán traumáticos los trabajos de construcción de la estación del Teatro Nacional con enormes excavaciones similares a las del Centro Olímpico, inhabilitando por lo meses la esquina noroeste de la Plaza de la Cultura, lo cual obligaría a redefinir los accesos y actividades de tan importante centro cultural, así como el movimiento de los miles de personas que transitan diariamente por esa zona.
No hay dudas que la estrategia gubernamental, de darle inicio simultáneo a casi todas las obras del metro, desde Villa Mella hasta la Feria obedece al convencimiento, y así lo han confirmado las fuerzas opositoras al PLD en el Congreso, de que se les negarán los recursos necesarios para tan importante obra. Seria muy penoso, para esos legisladores, frenar un trabajo que dejaría a media capital destruida y convertida en un campo de batalla con severas dificultades para transitar entre tantas excavaciones, entonces sería la misma opinión pública que presionaría severamente al Congreso para que deponga su actitud de intolerancia partidista, en una etapa posterior al próximo 16 de Agosto que pudiera asegurar un control más severo del Congreso por la alianza de los blancos y los colorados.
Además, el gobierno estaba obligado a iniciar casi todos los trabajos a la mayor brevedad, antes que entre en vigencia el Cafta-DR, ya que su protocolo obligaría a desterrar el grado a grado en todas los contratos del Estado. Como se sabe, hasta la fecha solo se han hecho ocho licitaciones de ciertas partes del elevado de Villa Mella, pero otros puntos de trabajo son otorgados directamente, o realizados en licitaciones cerradas muy especiales, ya que mucho antes de iniciar las excavaciones, fotos de las topadoras fueron exhibidas por un popular y explosivo comentarista de televisión que se dice bien informado por fuentes extrañas.
Cortar a la capital de norte a sur por su mitad para regular el tránsito urbano se ha convertido en una valiente decisión frente a tantas opiniones en contra que preferían otros tipos de trabajo en dirección este-oeste, pero el flujo de los habitantes capitaleños indica que esa dirección norte-sur gravita sobre las demás y exigía algo más que un simple elevado o un tranvía moderno cruzando intersecciones y provocando un caos, peor al existente que se resolverá con el metro subterráneo.
Es evidente que la decisión del gobierno de darle inicio a estos trabajos obligará, por más que proclamen ahora los políticos que están en la oposición, y que alguna vez pudieran llegar al poder, que esa obra no se completaría ya que van a estar obligados a continuarla hasta convertir en una realidad la solución al transporte masivo de pasajeros, dando lugar a que desaparezcan las voladoras y los tradicionales carros del concho que ya quisieran lo sus usuarios que los levaran hasta las puertas de su destino como ocurre con el moto concho, que constituye un grave peligro pero es una necesidad mortal determinada por la falta de un transporte seguro y continuo en todas las horas del día.
Ya el gobierno comenzó a cruzar el río de su metro, ya no se puede detener so pena de quedar muy mal parado frente al país. Deberá actuar sabiamente dejando de lado sus arrogancias y prepotencias de muchos de sus funcionarios para que puedan conquistar el respaldo nacional de una obra incómoda y mortificante, pero si se concluye felizmente y realizada con la mayor transparencia, será un gran logro para el país y para los gestores de la mayor hazaña de ingeniería innovadora que se haya hecho en el país.