De vuelta a las aulas escolares

De vuelta a las aulas escolares

Salvo que nuevas contingencias meteorológicas impongan otra cosa, el año escolar 2011-2012 comienza hoy con  ingredientes negativos como el hecho de que cientos de estudiantes no han logrado inscripción por falta de aulas y de que en varias comunidades del país hay escuelas ocupadas por familias desplazadas de sus viviendas como prevención por el paso del huracán Irene.

El inicio de docencia debió producirse el lunes 15 de este mes, pero debido a que el día siguiente era festivo, por el aniversario de la Restauración, fue pospuesto para el  miércoles 18. La inminencia del paso de Irene obligó a aplazar las clases hasta hoy.

Este  año escolar tiene por novedad el ensayo de la tanda única de clases en escuelas seleccionadas para tal propósito. Esta innovación tiene el propósito de mejorar el aprovechamiento del tiempo en las aulas, y con ello el rendimiento.

También es nuevo el estímulo que para los profesores representa el alza salarial de un 15%, dispuesto por el Presidente de la República.

El desafío para las autoridades es  habilitar espacio para los estudiantes  que han quedado fuera por falta de aulas,  la pronta desocupación de las escuelas habilitadas como refugios y preservar la salud y la higiene en los planteles afectados por la crisis de suministro de agua potable provocada por Irene.

Barbaridad insostenible

El país ha avanzado en materia de modelo penitenciario, pero paralelamente mantiene condiciones carcelarias que están echando por tierra los avances  logrados.

Veamos algunos datos revelados por  el director general de Prisiones, Roberto Obando Prestol: La cárcel de Pedernales tiene capacidad para 20 presidiarios, pero hay 80; la de Monte Cristi, que es para 80,  tiene 450; y la de Najayo, que es  para mil 500, aloja a más de  2,000.

La sobrepoblación carcelaria no sólo es la antítesis de la modernización del modelo penitenciario, sino además un ingrediente que supone un trato inhumano porque añade hacinamiento a la privación de libertad.

El director de Prisiones afirma que hay cárceles hechas para 2,000 reclusos que actualmente están alojando a 5,000, lo que sin duda constituye una barbaridad insostenible.

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