De vuelta al viejo Malecón

De vuelta al viejo Malecón

Ninguna ciudad que tiene malecón vive de espaldas a él”, dijo en una ocasión una sabia mujer. No podía estar más en lo cierto.

El Malecón de Santo Domingo con su poco más de diez kilómetros de longitud y sus columnas de palmeras es, por ejemplo, punto de referencia obligatorio para la más antigua de las ciudades de América.

Los inicios de este paseo a a lo largo de la avenida George Washington se remontan a febrero de 1936, cuando fue formalmente inaugurado bajo el poder de la tiranía trujillista.

Hoy sus símbolos son una concurrida playa de Güibia en la que jóvenes y adultos practican algún tipo de deporte, hacen ejercicio, montan sus bicicletas en la amplia acera o simplemente aspiran la brisa marina desde sus bancos o desde una glorieta edificada sobre pilares en su orilla, en la cual es común observar sesiones fotográficas para bodas.

Otros, como el veterano surfista Alan Nadal, acuden atraídos por sus olas o la posibilidad de pescar algo en sus aguas.

Más adelante encontraremos el ‘Obelisco Macho’, inaugurado en 1937, y hoy mural artístico de las Hermanas Mirabal. Justo enfrente se encuentra la Plaza Juan Barón, con kioskos de comida, ofertas de actividades recreativas para los niños y desde la cual puede ver en la distancia el imponente Faro a Colón.

A sus espaldas se encuentra el parque Eugenio María de Hostos y siguiendo por el Paseo Presidente Billini, se observan vestigios de la Ciudad Colonial como el Fuerte San Gil a pocos metros de la Puerta de la Misericordia en el otro extremo de la avenida. No podemos dejar de mencionar el Monumento Fray Antón de Montesinos ni su playa en la que algunos valientes osan bañarse, y en la que termina su extensión.

Como todo Malecón, el de Santo Domingo está rodeado de hoteles, puestos de comida formales e informales, de gente, de color y movimiento. Sin embargo podríamos hacer mucho más por él y convertirlo en una verdadera joya de la urbe, de tal forma que sean sus olas de blanca espuma y no los desperdicios en la costa; el salitre de su brisa marina y no los rumores de ser un inframundo de prostitución los sellos que impregnen su imagen definitiva.

ZOOM

Recreación

Güibia y la Plaza Juan Barón se han convertido en espacios que la gente utiliza para realizar actividades deportivas y recreativas. En la primera destacan las máquinas de ejercicio públicas y en la segunda la oferta de juegos para niños de una compañía privada, con una pista de carritos, caballitos mecánicos y otros atractivos

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