En los últimos días se ha manifestado un debate interesante sobre la importancia que realmente la República Dominicana le concede al Caribe. El detonante fue una entrevista que un periódico le hizo al amigo Rubén Silié, un profesional de alto nivel, serio y responsable que recientemente terminó su periodo como Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe, AEC.

Al parecer, de acuerdo con la publicación, Silié se quejaba de que había regresado al país, después de una fructífera experiencia de cinco años dirigiendo una entidad de alcance geopolítico que agrupa a los 25 países independientes que conforman lo que conocemos – a partir de un enfoque igualmente geopolítico – como Gran Caribe, sin que nadie en el país, entiéndase la Cancillería que es la que ejecuta la política exterior que defina el Presidente, se hubiera preocupado por conversar con él y aprovechar su experiencia y representatividad.

Ello motivó de inmediato una declaración de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores – SEREX – reafirmando el interés nacional en las relaciones con el Caribe aunque lo circunscribía a la interacción con CARICOM.

Posteriormente, el mismo órgano que publicó la entrevista de Silié reprodujo una carta enviada por el Secretario de Estado Miguel Mejía – quien como Embajador fue el fundador del Departamento de Asuntos Caribeños de la SEREX en el período 1996 – 2000 y que por esa razón tuvo mucho que ver con la ejecución de una política exterior que centraba el Caribe, por primera vez, como uno de sus ejes. En esa carta, en la que tuvo la gentileza de hacer mención al autor de este artículo y su modesta gestión caribeña, el señor Mejía reseña todas las acciones que demuestran el interés dominicano en el Caribe.

Quiero reseñar dos hechos relevantes. Uno de ellos como la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas desde hace cinco años imparte un postgrado con Especialidad en Geopolítica del Gran Caribe. Incluso, hace dos años, coordiné una visita de la promoción, 40 personas entre oficiales superiores, funcionarios, empresarios y profesionales, a Trinidad & Tobago, lo que sin duda fue un aporte extraordinario a que se comprendiese mejor la relevancia del Caribe.

Otro hecho a destacar es el que la Academia de Ciencias de la República Dominicana es la sede permanente de la Comunidad Científica del Caribe, CCC, y el pasado año en ocasión de la Asamblea de los miembros de la misma el Presidente Fernández les envió una carta avalando la candidatura del doctor Moreno Ceballos, presidente de la Academia de Ciencias de la RD para la presidencia por tres años de la CCC. Ese fue un acto decisivo.

Seguiré argumentando el porqué el Caribe, o mejor, el Gran Caribe, es de importancia estratégica para el país.