Debate
La deserción de la Academia Dominicana de la Lengua

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POR MARIO BONETTI
Yo temo que la Academia Dominicana de la Lengua ha desertado del cumplimiento de su principal cometido que le da razón de existencia y que presumiblemente justificó su creación en el 1927 y ello es

a) defender el Español de su latente y real manifiesta alteración impropia, vale decir, de su vulneración por influencias o ataques deformadores de su propiedad de lengua castellana, y

b) albergar en su seno a la crema de los trabajadores, perfeccionadores y embellecedores del idioma.

¿Cuáles son los testigos de cargo de esa mi acusación?

Véase; cuando el escritor dominicano Joaquín Amparo Balaguer Ricardo participó en una cumbre de estadistas latinoamericanos en la ciudad de Miami auspiciada por el ex presidente norteamericano Bill Clinton (¿o fue en la Cumbre de Jefes de Estados Iberoamericana celebrada en una ciudad mejicana (¿Veracruz?)? no estoy seguro ahora porque la memoria me flaquea y estoy redactando de memoria y sin consultar documentos) el vate dominicano se destapó allí con una incendiaria apología de la lengua española, suceso este que yo doy por conocido por quienes deben conocerlo.

¿Saben ustedes quienes fueron los únicos que felicitaron a Balaguer por esa ferviente y fervorosa defensa de «la patria del alma» (Unamuno)?

¿Los poetas y pintores del Parque Colón y del Palacio de la Esquizofrenia, un restaurante ubicado en la confluencia de las calles del Conde Meneses y Bracamonte y Arzobispo Meriño?

¿Los profesores de los departamentos de Literatura y Español de las universidades?

¿La nomenclatura de escritores detentadores de cada vez más jugosos premios literarios en metálico y cada vez más influidos desde fuera de la literatura por no-literatos?

¿Los productores y reproductores de ideas sumergidos en su bien surtida biblioteca privada?

¿Nuestra muy querida Academia Dominicana de la Lengua residente en el Olimpo y moradora en el Monte Parnaso, en el Peloponeso de Grecia (en cuya falda yo he estado)?

Pues no, fueron los productores y reproductores de mercancías y dinero sumergidos en sus empresas, conocidos como la Asociación de Empresas Industriales de Herrera de la parte oeste de la ciudad de Santo Domingo.

Sin comentarios.

Por otra parte, en días pasados, leí en la prensa (ver «Hoy» del 19.02.07, sección de Deportes) que la ADL había hecho una declaración pública de que no tenía dinero para defender el Español en Dominicana y, por extensión, para contribuir a pulirlo.

Pero, yo me pregunto: ¿hay que tener dinero para esbozar en el seno de la ADL una campaña de defensa idiomática, ir luego a las universidades y a los medios de comunicación en busca de aliados y apoyos para que los medios se sometan o respeten la lengua y que el gobierno aplique las leyes protectoras del idioma promulgadas a principio del siglo XX, o que el Congreso introduzca en la reforma a la Constitución que está preparándose en estos días una disposición o artículo constitucional que resulte o dé base legal para la defensa del idioma, o que apruebe de nuevo una ley con el mismo contenido protector?

¿Y por que es a mí, que no soy vate, ni literato ni lingüista ni filólogo ni miembro de la venerable Academia Dominicana de la Lengua a quien se le ocurre estas ideas y la da a la estampa pública?

Pero, «lo ma’ lindo viene ahora».

En una agradable conversación con el poeta Bruno Rosario Candelier, actual Presidente de la ADL el pasado domingo 11 de marzo, persona esta que tanto ha hecho por la cultura literaria en el país y fuera del país también, y quien goza del respeto de la comunidad intelectual, y también en especial del mío propio, me informó que la ADL había recibido una directiva de parte de la Real Academia de la Lengua de Madrid, según la cual se deberá de ahora en adelante «abrir las puertas de la Academia a toda clase de ciudadanos que se interesen por el idioma».

Según la nueva orientación de la veneranda RAE, ellos en Madrid habían ingresado en la Academia a un contable y un militar, según me lo contó el Dr. Rosario Candelier, para consultarlos cuando fuere necesario acerca del vocabulario y forma de expresión de ambos sectores sociales.

En virtud de esa orientación, la ADL planea ingresar en calidad de miembros a representantes de sectores populares porque ellos serían la expresión viva de la lengua. Si la memoria no me engaña, creo que me dijo que ahora podía ingresar hasta un agrónomo, siempre y cuando muestre interés por la lengua, etc.

Me falta expresar todavía algunas ideas más. Lo haré en una próxima entrega.

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