DEBATE
La muralla gris y la Ciudad Romántica

<STRONG>DEBATE<BR></STRONG>La muralla gris y la Ciudad Romántica

La Muralla Gris que bordea la avenida del Puerto de Santo Domingo(gris por su color y por su historia )  abajo del farallón que delimita la fortaleza Ozama, fue la cerca militar construida en 1936 en plena era de la dictadura trujillista  por el ingeniero puertorriqueño Félix Benítez Rexach, con  el amparo del gobierno norteamericano, quien desde principio de ese siglo  tenía la Receptoría de las aduanas del país, y que pasó a manos dominicanas  con los acuerdos del tratado Trujillo-Hull en septiembre de 1940.

La construcción de esta muralla formó parte de una compleja construcción de ingeniería marina que abarcó el rompeolas y la gran plataforma sobre pilotes a  orillas del río Ozama en donde se localizaron las instalaciones aduanales con el levantamiento de dos depósitos de acero y hormigón armado a los fines de que pudieran atracar allí buques de gran calado y barcos turísticos, modernizándose  así  el antiguo puerto existente desde los tiempos de la Colonia, cuyos vestigios arqueológicos hoy se conservan en la proximidad de  portal de San Diego.

Rescate de la memoria hispana

En 1967  empieza el proceso de revalorización del centro histórico y se le devuelve años más tarde al viejo Santo Domingo la imagen hispana, desapareciendo en más de un 60% el legado arquitectónico añadido a la ciudad  en los siglos posteriores a  la colonia española.

Los perfiles  de la calle Las Damas, y de la Atarazana se convirtieron de repente en sendas del siglo XVI  como  producto de un plan de restauración avalado por  el   “Estudio para la Revitalización de la Zona Histórica y Monumental de la Ciudad de Santo Domingo” patrocinado por la Acción Pro-educación y Cultura –APEC- y  La Esso Standard Oil, siendo en 1990 reconocida  y protegida por  UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Vale recordar que ya antes para 1957, tres años después del encuentro de los generalísimos en la Madre Patria (Trujillo y Franco) se había producido la restauración de las ruinas del Alcázar de Colón, ícono de posesión más importante de la conquista  española del siglo XVI en el Nuevo Mundo, realizada por el arquitecto español Javier Barroso, enviado al país  por el presidente Franco, siendo esta intervención el primer eslabón importante para el gran rescate de la memoria  hispánica en nuestra ciudad  de intramuros.

La resistencia del muro

A todas estas intervenciones antes citadas La Muralla Gris, en los doce años “sobrevivió” a las reconversión hispana  de los gobiernos de Balaguer  porque  la fortaleza había sido un  bastión militar importante  que cobró  interés en  la revuelta  constitucionalista del 65; a sabiendas de que detrás  de aquel gran lienzo permanecía intacto el único paisaje original de trascendencia que conserva la  ciudad  colonial desde el  siglo XVI: La llegada al Puerto de la Hispaniola, vía marítima. Una visual esquinera entre el Ozama y el mar Caribe, dominada por la Torre del homenaje, su muralla almenada  y las baterías de tiro alto y de tiro bajo.

¿Que mas hubiese querido el pensador de La Ciudad Romántica que desvelar la antigua mirada hacia  la torre medieval del  homenaje y hacerle el merecido honor a la llamada Atenas del Caribe? Pero no lo hizo evidentemente  por razones de orden de seguridad militar y de índole estructural, por ser un  muro contenedor del farallón.

Cuentan que alguna vez alguien se acercó al presidente Balaguer con el interés de argumentarle razones para la demolición de La Muralla Gris, y luego de escucharlo hizo un sabio silencio pensativo y en voz baja y pausada el Doctor solo atinó a decir: ”Ese muro es  muy resistente”. Volviendo a su sepulcral  silencio otra vez.

La Avenida del Puerto y el siglo XXI

Con la inauguración de la Avenida del Puerto en 1990 y el traslado del puerto comercial hacia la costa de Haina, la ciudad ganó una vía de comunicación de notable importancia, que da acceso a sectores marginados que hasta entonces permanecían desvinculados de la ciudad formal,  además de funcionar como una agradable extensión de la avenida del malecón a orillas del río Ozama y al borde de la  falda de la ciudad ovandina.

Ahora en pleno siglo XXI y coincidiendo con los aprestos   del proyecto del nuevo Puerto Turístico se  abre el debate de la Muralla Gris con el objetivo de dilucidar su futuro. Algunos piensan que debe quedarse argumentando  valor histórico, arquitectónico, y preservación a la memoria urbana; otros que subestiman su presencia quieren  desaparecerla  a como dé lugar para  abrir la vieja  perspectiva hacia la avenida y reutilizar el emplazamiento como espacio público.

Las posiciones encontradas deben ser sopesadas a partir de lo que conviene para la ciudad y sus ciudadanos. No podemos seguir privando a los dominicanos de los espacios que le pertenecen, y al mundo de un paisaje único en América hispana  que conmemora la conquista y nos identifica como Ciudad Primada.

Pero tampoco debe abrirse alegremente para complacer apetencias caprichosas sin medir consecuencias futuras que terminen en el irrespeto y cualquierización de nuestro insigne monumento.

Prudencia  y equidad  es lo que manda a la hora de una decisión. La especulación del territorio avanza sigilosamente al borde de la ciudad. Existe una declaratoria internacional que le protege, y La salvaguardia del patrimonio es un deber del Estado.

*El autor es Maestro Arquitecto, experto en restauración y conservación de monumentos y sitios, miembro de  ICOMOS. y de  Palm.

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