POR GERMAN MARTE
Limitar el horario para la venta de bebidas alcohólicas podría generar más problemas que los que pretende corregir, afirmó ayer un representante de la Asociación de Importadores de Bebidas. Sin embargo, el regidor Julián Roa aseguró que en todas las ciudades donde han regulado el expendio de alcohol, han disminuido la criminalidad y los accidentes fatales.
Jiménez afirmó que al reducir el horario de venta, lo que podría ocurrir es que la gente consuma más rápido.
«Si usted le dice que van a cerrar a la una de la mañana una discoteca, los tres o cuatro tragos que se iban a beber en la noche, se lo van a beber en una hora o en hora y media, pero el cuerpo humano, para que usted no quede borracho o que tenga un consumo irresponsable de alcohol, sólo soporta dos tragos por hora, eso equivale a una cerveza pequeña, a un trago de whisky, de vodka u otra bebida alcohólica», expresó Jiménez al participar en un encuentro organizado por la Asociación de Jóvenes Emprendedores entre empresarios, regidores y congresistas para debatir la propuesta del regidor peledeísta Julián Roa de que se regule el horario de venta de las bebidas alcohólicas.
Dijo que al aumentar la velocidad del consumo, en lugar de corregir un problema podría incrementarlo, porque las personas podrían embriagarse más rápido.
Recalcó que con regulaciones no se logra evitar que la gente tome alcohol. A su juicio, lo que más se necesita es educación para que cada quien tenga «un consumo responsable».
Adujo que en aquellos países donde se ha regulado la venta de bebidas, no ha disminuido el consumo. El empresario citó el caso de Nueva Zelanda, que optó por eliminar la regulación que existía hasta 1989. Afirmó que ahora hay más sitios que venden bebidas, pero el consumo disminuyó gracias a una campaña educativa del gobierno y los empresarios.
JULIAN ROA DEFIENDE PROYECTO
De su lado, el regidor Julián Roa aseveró que dondequiera que se ha implementado una medida como la que propone han bajado los índices de criminalidad y accidentes, según los informes de seguridad de las ciudades de Barcelona, Madrid, Guatemala, Washington D.C. y algunas zonas de Nueva York. Igual ocurre en Bogotá, la capital colombiana, donde los negocios cierran a más tardar a la una de la madrugada.
Dijo que la propuesta de cerrar los negocios de bebidas persigue resolver varios problemas, no sólo de orden estructural, sino también social.
Entre estos mencionó la deserción laboral, señalando que «nadie que termine de beber a las cinco de la mañana llega a su trabajo a las ocho, y si llega a las ocho después de estar hasta las cinco bebiendo, y maneja una grúa usted entenderá el número de accidentes laborales».
Señaló que también hay un componente educativo, en el sentido de que el país está teniendo lo que definió como una juventud de borrachos, tras aclarar que para decir esto no precisa de ninguna estadística.
El regidor y dirigente peledeísta recordó que el 42% de los accidentes fatales ocurren de una a cinco de la mañana, en su mayoría en la provincia Santo Domingo.
Asimismo, adujo que no es cierto que la gente vaya a beber más en menos tiempo, porque al fin y al cabo el objetivo no es beber, sino divertirse. Tampoco es cierto que vaya a disminuir el turismo, según el regidor.
Añadió que increíblemente la mayoría de los colmadones apoya la medida, «porque a veces uno o dos borrachos le tienen el colmado abierto hasta las tres de la mañana bebiéndose un pote, mientras ellos no pueden acostarse mientras ese fulano no termine».
Indicó que el próximo viernes la Sala Capitular realizará una vista pública para oir el parecer de todos los sectores interesados en opinar sobre el tema, pues todavía el proyecto no se ha convertido en resolución.
A su vez, la regidora Taty Sanz, del Partido Revolucionario Dominicano, significó que el interés de la Sala Capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional es regular el funcionamiento de las discotecas y colmadones que proliferan en toda la ciudad.
Entretanto, el diputado Pelegrín Castillo, de la Fuerza Nacional Progresista, consideró pertinente el proyecto del regidor Julián Roa.
Dijo que en otros países donde han regulado la venta de bebidas el balance ha sido positivo, «cuando se establece un horario, eso ayuda mucho a reducir los índices de accidentes e incidentes».
Agregó que la tranquilidad de muchas familias se ve alterada cuando determinados accidentes siguen abiertos hasta altas horas de la noche o la madrugada.
«Los padres tienen que ver sorprendidos cómo sus hijos salen a las once y a las doce de la noche a comenzar la fiesta», manifestó.
No obstante, el diputado favoreció que se escuchen a todos los sectores interesados en el tema.