Debaten reforma migratoria EEUU

Debaten reforma migratoria EEUU

WASHINGTON (AFP).- El pleno del Senado estadounidense comenzó un debate de varios días para considerar una reforma migratoria y decidir si crea o no un programa de trabajadores temporarios y legaliza a millones de inmigrantes indocumentados, además de reforzar la seguridad en la frontera.

“El nivel de inmigración ilegal es inaceptable (…) En la era post 11/9 es crítico que logremos controlar nuestras fronteras”, dijo ayer, jueves, el senador demócrata Ken Salazar (Colorado) durante el debate.

No obstante, Salazar recordó también que “virtualmente cada persona en Estados Unidos tiene una historia para contar de sus raíces de inmigrante” y defendió la creación de un programa de trabajadores temporarios, y la legalización y posibilidad de obtener la ciudadanía para los indocumentados.

La reforma migratoria divide profundamente a los republicanos, que se debaten entre perder el voto hispano en las legislativas de noviembre y las presidenciales de 2008, y el reclamo doméstico por una mayor seguridad fronteriza tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El Senado debate desde el miércoles de noche un proyecto de ley que se limita a endurecer la seguridad fronteriza y aplicar la ley doméstica, presentado por el líder de la mayoría republicana en la Cámara alta, Bill Frist (Tennessee), precandidato presidencial para 2008.

Pero el presidente de la Comisión Judicial, Arlen Specter (republicano, Pensilvania), presentó como una enmienda al proyecto de Frist el texto adoptado el lunes por una mayoría bipartidaria en la comisión, que contempla además la creación de un programa de trabajadores temporarios y la legalización de los indocumentados.

Esta propuesta se inspira ampliamente en un proyecto de ley de los senadores Edward Kennedy (demócrata, Massachusetts) y otro precandidato presidencial republicano para 2008, John McCain (Arizona).

“Tenemos una tarea prodigiosa por delante (…) Será una tarea monumental terminar de discutir este proyecto de ley a tiempo”, advirtió Specter al recordar que el Senado comenzará su receso el viernes 7 de abril.

“Necesitaremos una cantidad de cooperación de los miembros para evitar una sesión el viernes (…) o durante el fin de semana si es necesario para terminar de debatir la legislación”, sostuvo.

La propuesta de la Comisión Judicial crea visas de trabajo temporarias por hasta seis años para inmigrantes con trabajos poco calificados, y les ofrece luego un camino para obtener la ciudadanía.

Además, legalizaría a los indocumentados que hayan trabajado seis años en el país si pagan una multa e impuestos atrasados, demuestran que no tienen antecedentes penales y aprenden inglés. También les abre un camino a la ciudadanía cinco años más tarde.

El presidente George W. Bush, impulsor de la creación de un programa de trabajadores temporarios, ha señalado varias veces que se debe legalizar a los indocumentados que ocupan empleos que los estadounidenses no quieren tomar y que se opone a una “amnistía”, pero ha evitado decir claramente si apoya la propuesta de Frist o la enmienda que se basa en la propuesta McCain-Kennedy.

En un editorial, el diario The Washington Post le insta a pronunciarse claramente sobre el asunto.

“La Casa Blanca no ha sido clara, simplemente repitiendo que Bush se opondría a cualquier medida que otorgue una ‘amnistía’, sin decir si considera la medida de la Comisión Judicial como tal (…) Este sería el momento para alzar la voz”, indicó el diario.

La Cámara de Representantes estadounidense ya aprobó en 2005 un proyecto de ley que se limita a financiar la construcción de un muro en un tercio de la frontera de 3.200 km con México, penalizar a los indocumentados y a quienes los ayuden o empleen, además de endurecer los controles fronterizos.

Cientos de miles de inmigrantes se han lanzado a las calles de varias ciudades del país, desde California a Boston, para protestar contra ese proyecto.

Si el Senado aprueba una reforma migratoria amplia, legisladores de ambas Cámaras deberán reunirse en conferencia para conciliar el texto, una difícil instancia en la cual la reforma puede morir antes de llegar al escritorio de Bush para su promulgación.

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