A solo 15 días para los comicios, el panorama se enturbia al agregarse en la complejidad del proceso las objeciones y peticiones del principal opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM), de que se auditen los equipos tecnológicos que serán utilizados para el escrutinio electrónico de los votos y de que el conteo sea manual.
Se agrega a esa petición, calificada como un “capricho de muchacho” por el presidente de la Junta Central Electoral (JCE), Roberto Rosario, los retrasos en el reforzamiento de la campaña para educar a los electores sobre cómo votar, más aún en una contienda en la que serán utilizadas boletas complicadas.
Otro hecho que genera incertidumbre al proceso electoral es la advertencia de revelar los nombres de los candidatos, en todos los niveles, que estarían involucrados en redes de narcotráfico o que reciben financiamiento para sus campañas de manera ilícita.
A esto se suma la amenaza de grupos religiosos ortodoxos de publicar los nombres de aspirantes que estarían en una lista “negra” porque defienden la llamada agenda Lesbianas, Gays, Transexuales, Bisexuales e Intrasexuales (LGTBI).
Cañones en contra JCE. En la cuenta regresiva para los comicios se observa a los opositores Partido Revolucionario Moderno (PRM), Alianza País, Alianza Por la Democracia (APD) y el Frente Amplio, enfilando sus cañones hacia la JCE por el tema vinculado a cómo se contarán los votos el próximo 15 de mayo.
Mientras, el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su aliado Partido Revolucionario Dominicano (PRD) piden confianza hacia el órgano administrativo y organizativo de las elecciones. El Presidente de la República y candidato a la reelección, Danilo Medina, planteó recientemente que no le importa de qué manera se cuenten los votos, tras asegurar que como quiera ganará en la primera vuelta.
La última encuesta Gallup que publicó este diario le asignó a Medina un 63% de preferencia electoral, en cambio a Abinader un 29%.
Buscando votos. Mientras la oposición concentra sus ataques a la JCE, el candidato presidente continúa encabezando actos políticos y oficiales con inauguraciones de importantes obras locales y nacionales, así como la dirigencia peledeísta y de los 14 partidos aliados buscando votos “hasta debajo de las piedras”.
El PRM y otros partidos de la oposición han puesto su atención a la forma de cómo se contarán los votos luego de que Participación Ciudadana y el miembro titular de la JCE, Eddy Olivares, señalaran que la ley electoral 275-97, en su artículo 127, y la Constitución de la República contemplan el escrutinio manual y no el electrónico.
También sugirió que se tome la decisión de echar a un lado la resolución que fija un escrutinio manual solo del 15% de los votos, señalando que sería ilegal.
Los cuestionamientos a la JCE por parte del PRM no es solo por el conteo de los votos sino también por supuestas exclusiones de electores en el padrón.
El diputado y candidato a senador de la provincia de Santo Domingo por el PRM, Juan Hubieres, afirmó que más de 800 mil personas han sido excluidas “en forma arbitraria” del padrón electoral y que 180 mil 066 de esos electores corresponden a la provincia de Santo Domingo y 95,837 al municipio Santo Domingo Este.
“Todo da indicio a un posible fraude electoral”, declaró el empresario del transporte y presidente del Movimiento Rebelde.
Dejen trabajar a la Junta. Ante los ataques a la JCE, monseñor Agripino Núñez Collado pidió que dejen trabajar a la JCE, y que el proceso de organización de las elecciones pueda concluir sin ningún tipo de tropiezo.
Dijo que la JCE ha hecho una organización extraordinaria de las elecciones del próximo 15 de mayo y afirmó que todos los pasos que ha dado han sido aprobados por los actores principales del proceso, que son los partidos políticos.
El tiempo que queda para el montaje y celebración de las elecciones podría resultar corto. Los partidos políticos deberán de tener ante las mesas electorales sus delegados para que defiendan el voto de sus simpatizantes en las urnas y montar toda la logística que deberá ser también compleja por la gran cantidad de electores y de aspirantes a cargos congresuales municipales.