De todos es sabido, que el capitalismo y el mercado han generado una mentalidad del lucro y del beneficio desbordado y por tanto se han salido de los límites de las reglas propias del mercado, buscando hitos, posiciones de favor para conseguir un aumento en los resultados.

Esto ha generado en nuestra sociedad mecanismos para excluir a los competidores, para lo cual la fórmula ha sido asociarse al poder político de turno, que ha favorecido esas ventaja; así en el pasado inmediato se han impulsado muchas acciones de corrupción en convivencia con funcionarios que han hecho muchas diabluras, porque desde varios ángulos, es decir, el del corruptor y corrupto, solo hay un motor, el aumentar o maximizar los beneficios, llegando no importa hasta dónde con el mínimo riesgo.

Y cuando la corrupción se colectiviza, aún no esté vinculada a los poderes públicos, sino dentro de amplios sectores de la sociedad civil, nos encontramos con las formas oligárquicas de la corrupción, es decir, el basurero se expande. Y ¿qué pasa? el mal resulta tan profundo que las soluciones son difíciles, pero hay que afrontar las grandes tareas de la historia que pueden verdaderamente dar sentido y porqué no, también dignidad a la vida; por lo que el nuevo gobierno que surja en las elecciones del 2012 tiene que actuar contra la corrupción, no puede convertirse en otro saco repleto de engaños, porque durante varios años tuvimos que olvidar, sumergirnos en un sueño, para no paralizarnos, pero ahora que se dice que viviremos una nueva vida, debemos recordar continuamente, para que ese pasado ominoso no nos envenene.

Unas cuantas condenas judiciales por estos graves escándalos vendrían al país como un alivio. El miedo guarda las razones. Olvidemos el encasillado de la presunción de inocencia amparada en las pruebas. “No hay prueba ni las habrá”. Con la sospecha basta. ¡Que salga alguien a dar a este drama solución, algún desenlace viable! Si ajustamos las cuentas de los que corrompen a los funcionarios, podremos vivir en la sociedad que tanto hemos soñado.